lunes, 22 de agosto de 2011

Acerca de la balacera del sábado 20 de agosto.

Honor a quien honor merece!!! Mis respetos por su lucha Julia Klug

La lucha de Julia Klug





Julia Klug Archila es una mujer del pueblo que ha demostrado ejemplar valentía y lucidez en la lucha contra los abusos del clero católico, uno de los principales problemas que ha enfrentado México a lo largo de su historia. Originaria de Guatemala, lo mismo que la madre de Belisario Domínguez, Julia Klug ha protestado frecuentemente en la plancha del Zócalo, frente a la catedral, contra los abusos sexuales del clero, y en defensa del Estado laico, lo que le ha valido innumerables agresiones de fanáticos y de grupos conservadores que respaldan a Norberto Rivera.

Las represalias de las fuerzas conservadoras han incluido desde amagos judiciales hasta ataques verbales y físicos, y la activista sospecha que una de ellas podría ser la muerte de su hijo, el piloto militar Ricardo Martínez Klug, cuyo avión se desplomó misteriosamente en las costas de Guerrero, en octubre de 2010.

Raíces

Nacida en Cobán, Alta Verapaz, Guatemala, Julia, hoy de 57 años, fue violada cuando tenía siete años de edad por un cura (el padre Chemita), con quien su abuela la llevaba para que le enseñara a rezar el rosario. El sacerdote desarrollaba sus ataques en forma sutil, persuasiva; al estilo de Marcial Maciel, buscaba pretextos para inducirla a los actos sexuales, por ejemplo, diciéndole que ella debería quitarse la ropa para ser como Eva y él como Adán.

El mismo cura la casó, pues la familia de Julia, quien confiaba plenamente en él, no se enteró de esos abusos. Ella contrajo matrimonio a los 14 años, pero no fue feliz, pues era golpeada y ofendida por su suegra.

Entonces, decidió venir a México, donde estableció una unión con un militar, el mayor de caballería Leopoldo Martínez Hernández, relación que duró 28 años, hasta que él falleció. Afirma Julia: “Él fue quien me devolvió mi dignidad como mujer”.

Julia Klug se nacionalizó mexicana en 2001. Años después, indignada por casos como el del sacerdote Nicolás Aguilar Rivera, abusador sexual protegido por el cardenal Rivera, “hizo que la herida volviera a sangrar en mí; la impotencia ante lo que pasaba, me decidió a salir a protestar”.

Klug explica que su lucha no es contra la religión católica, sino contra los abusos clericales: “Soy católica por herencia, pero no voy a aceptar que un ministro abuse de la feligresía y menos todavía de los niños”.

Ella también sabe las consecuencias que puede acarrear la intromisión del clero en política para imponer sus dogmas y atentar contra las libertades, por ello se ha manifestado en defensa del Estado laico. Al respecto señala: “México ha sido un Estado laico, con todos los beneficios y libertades que eso conlleva, y dada la permanencia de la derecha en el poder, el país está en riesgo de perder ese carácter laico, que es preciso defender a toda costa”.

Protestas y represalias

Desde hace varios años, Julia Klug, al lado de otros ciudadanos, protesta frente a la catedral contra los abusos de religiosos católicos.

En una de esas manifestaciones, el domingo 7 de octubre de 2007, Klug fue atropellada por la camioneta blindada de Norberto Rivera, cuyos abogados amenazaron con demandarla por haber “dañado” el vehículo, con una peligrosa arma que era nada menos que una cartulina donde Julia protestaba por la injerencia del clero en política. Por el contrario, ella sí resultó lesionada y meses después tuvo que ser operada de la columna vertebral.

Los fanáticos al servicio de Rivera la han golpeado por lo menos en cuatro ocasiones, ante la actitud complaciente de los policías federales que custodian el interior del recinto.

Julia ha tenido que lidiar contra la hostilidad de muchos medios de comunicación afines al clero y contra los ataques de Desde la fe, órgano del Arzobispado de México.

La activista tiene el mérito de haber organizado protestas no sólo contra los abusos de prelados católicos, sino en defensa de la despenalización del aborto y de los derechos de los homosexuales, e incluso de oponerse públicamente al peligroso proyecto derechista de instaurar en México las llamadas “capellanías militares”.

Esa protesta tuvo lugar el 15 de marzo de 2009. Entrevistada por La Jornada, Klug mencionó que con las capellanías “se retrocedería ideológica y espiritualmente en el país” (La Jornada, 16 de marzo de 2009). La actitud de Julia contrasta con la indiferencia de muchos intelectuales y comunicadores, sumisos a las consignas oficialistas ante temas como el mencionado, de implantar en México el binomio clero-ejército, que ciertamente representaría un dramático retroceso, y una amenaza formidable contra las libertades.

Días antes de la muerte de su hijo Ricardo, según ha relatado Julia, un fanático se le acercó en el Zócalo advirtiéndole que la atacarían en donde “más le doliera”:

Tres días después, tuvo lugar el misterioso desplome del avión que tripulaba su hijo, el subteniente Ricardo Martínez Klug. En diciembre de 2010, es decir, dos meses después del hecho, las autoridades militares no habían aclarado las causas del siniestro, ni habían resuelto el pago de la correspondiente pensión.

En un video (www.youtube.com/watch?v=e2ArJhIqN8I) Julia Klug declara que, en su opinión, la muerte de su hijo fue premeditada, fue una venganza política; “el precio que paga una luchadora social por defender a los demás”. Explica que el avión en que volaba su hijo Ricardo, como copiloto, ya tenía problemas en los motores, a pesar de lo cual, se le hizo despegar.

Sin embargo, si a causa de su lucha Julia Klug ha recibido tantos ataques y presiones, también han sido muchas las muestras de simpatía y solidaridad motivadas por su valerosa actitud.

Julia está dando un ejemplo a todos los mexicanos que, a pesar de estar cansados de las agresiones del gobierno derechista, optan por el camino de la resignación. El gobierno y la jerarquía católica tienen el poder, pero ella tiene la razón, y ha puesto en riesgo su vida, su libertad y su integridad en la defensa de su patria adoptiva.

*Maestro en filosofía; especialista en estudios acerca de la derecha política en México

Fuente: Contralínea 217 / 23 de enero de 2011

Matiné dominical (Claro, es una opción)


Rompiendo ilusiones.


¡¡¡Pero vamos ganando!!!

Balacera en partido da la vuelta al mundo gracias a redes sociales en la liga de futbol mexicana Santos-Morelia

Balacera en partido da la vuelta al mundo gracias a redes sociales



No mames, esto es el infierno!!!

MÉXICO, D.F. (apro).- Al minuto 40 del primer tiempo del juego entre Santos Laguna contra los Monarcas, el relato televisivo decía: “algo pasó… la gente está saltando hacia la cancha… se escuchan disparos… al menos 8 detonaciones… estoy escuchando cinco más”.

TV Azteca suspendió su señal. El canal restringido ESPN continuó transmitiendo con imágenes del pánico en las gradas: gente corriendo, ráfagas de metralleta se escuchaban, futbolistas acudieron a salvar a su familia, entre el público.

Se especulaba si hubo heridos o no. Cerraron el estadio. La Federación Mexicana de Futbol fue la primera en dar el primer comunicado con un guión que siguieron las autoridades locales y la Presidencia de la República: “Fue una situación fuera del estadio, pero afectó el futbol. El valor familiar del futbol mexicano es un baluarte que hay que cuidar: De Maria”.

Ante la abrupta falta de información en la televisión abierta, las redes sociales, en especial Twitter, convirtió el suceso en un trending topic y comenzó a divulgarse en las páginas online de periódicos extranjeros como El País español, El Mercurio chileno que tituló: “terror en México: tiroteo en alrededores de estadio obliga a suspender partido”. Y las agencias televisivas como CNN y BBC divulgaron los sucesos.

Varias horas de silencio oficial provocaron una airada reacción entre twitteros. Las críticas se repartieron contra TV Azteca, por suspender la transmisión, contra la cuenta @FelipeCalderón y contra los hermanos Moreira, el gobernador actual de Coahuila y Humberto, el dirigente nacional del PRI.

“Ya estamos hasta la madre de que se oculte la verdad #TV Azteca”, escribió la cuenta @SubVoltaire. La cuenta @GuatiRojo sintetizó: “¿Qué puede indignar más? El corte en transmisión de #TV Azteca o los balazos per se?”. Mientras decenas retwittearon imágenes subidas por aficionados y asistentes al estadio que mostraban impactos de bala dentro del estadio, en contra de la versión oficial que comenzaba a difundirse.

“TV Azteca tiene el binomio controversial del día: #LaTeniente y #La Parcialidad-futbol”, escribió la cuenta @CarlosGarba. Incluso, hubo algunos como @UdG_política (Mireya Franco) salió en defensa de la televisora con estas expresiones: “Inmediatamente los malnacidos abusan de su libertad de expresión. Un acto de responsabilidad televisiva es tergiversado”.

El cómico Eugenio Derbez la hizo de vocero oficioso en su cuenta y quiso bromear: “Acabo de hablar con el Perro Bermúdez y dice que lo del estadio de Torreón NO fue una balacera… fue un TIRITITITO nada más”. La ola de críticas obligó a @EugenioDerbez a borrar el mensaje. Hasta al otro cómico de Televisa, Facundo, le tocó la ira en redes sociales por un mensaje fallido.

Los canales MilenioTV y ForoTV, ambos filiales de Televisa, comenzaron a transmitir imágenes, información y testimonios, dándole mayor peso a la versión de que el enfrentamiento fue afuera del Estadio Corona. Jesús Flores, fiscal general de Coahuila afirmó que la balacera inició cuando una camioneta ignoró un alto en el retén de revisión.

Sin embargo, los twitteros insistieron en decenas de mensajes como éstos: @Zozounderground: “Eso es Iniciativa México. Balaceras? Claro que no! Eran cuetes!”. @carmen_2202 afirmó: “Tal vez las balas no iban en contra de los civiles, pero la falta de seguridad es una agresión a la integridad de cualquiera!”.

Los twitteros que estuvieron en el estadio insistieron que los balazos fueron adentro, a pesar de una intensa corriente de trolles y otras cuentas en la red social que pretendieron desacreditar esta versión y condenar la inseguridad en Coahuila, bajo el gobierno de los Moreira, la “guerra” de Calderón y la Iniciativa México, impulsada por las dos grandes televisoras comerciales.

Efectivamente, los sucesos dieron la vuelta al mundo. Hasta entrada la noche dominical la Presidencia de la República emitió un comunicado condenando la violencia, insistiendo en que la balacera fue al exterior del Estadio Corona. Y hasta la Secretaría de la Defensa Nacional se deslindó frente a las versiones de que habían algunos militares heridos.

Unificar la versión ya era muy difícil. En Youtube estaban los videos de los propios aficionados donde se escuchan las ráfagas muy cerca de las gradas. En Facebook se abren foros de discusión críticos al PRI y a los Moreira, a Calderón y a la Federación Mexicana de Futbol. En Twitter la balacera fue el tema más comentado la noche del sábado 20.

http://www.proceso.com.mx/?p=279217

lunes, 15 de agosto de 2011

Una buena razón para estar orgulloso de estudiar en la UACM ¡¡¡A defender la filosofía y la educación pública!!!

Un programa ejemplar de filosofía en la UACM

Enrique Dussel

Por lo general, los programas de la licenciatura o bachillerato de filosofía tienen, tanto en Europa como en América Latina, pero especialmente en Estados Unidos, dos limitaciones fundamentales.

En primer lugar, una visión “eurocéntrica” de la historia y de los problemas filosóficos, que lleva, por ejemplo, a pensar que la evolución de las filosofías griega y romana pasan directamente a la Edad Media latina, y rematan en la modernidad europea. Una línea recta pasaría de la antigüedad, por la dicha Europa medieval hacia la modernidad. Esto lleva a despreciar, entre otros aspectos, a la filosofía que se ha practicado y practica en América Latina. Recuérdese que el profesor Antonio Rubio de la Universidad de México a finales del siglo XVI editó la Lógica en la que estudió René Descartes esa materia en 1612 en La Flèche.

El otro defecto, en segundo lugar, que se encuentra frecuentemente en las escuelas filosóficas es que un “estilo” filosófico (por ejemplo, el “analítico” en Estados Unidos o en la Facultad de Filosofía de la UNAM) domina sobre otros “estilos” (como el llamado despectivamente “continental”: corrientes filosóficas tales como la fenomenología, la ontología existencial, el estructuralismo, el marxismo, etcétera). Y bien, ambos aspectos limitantes se intentan superar en el programa de filosofía de la UACM, avanzándose en este aspecto en decenios a otras facultades o colegios de filosofía.

La UACM (Universidad Autónoma de la Ciudad de México) tiene un programa de filosofía que se propone dejar atrás al eurocentrismo. Así, en la Historia de la Filosofía, desde el primer semestre, se estudian los primeros grandes filósofos de la humanidad (de China, India, los presocráticos y algunos filósofos de nuestros pueblos originarios). Esto supone, ciertamente, una definición de la filosofía no eurocéntrica (ni meramente “moderno europea”). Si “filo-sofía” es amor a la sabiduría un Nezahualcoyotl o un Tlacaelel (como lo ha enseñado Miguel León-Portilla)2 pueden incluírselos entre ellos, ya que fueron sabios o tlamatini, en el primer caso rey y en el otro consultor de los primeros reyes aztecas. En un segundo semestre, se abordan las grandes ontologías (el taoísmo, confucionismo, filósofos clásicos hindúes, Platón, Aristóteles, el neoplatonismo y los filósofos romanos). En un tercer semestre, se estudian las filosofías que se conectaron por la “ruta de la seda”, desde las china e hindú, la bizantina, muy especialmente la árabe y su prolongación en la Europa latina (muy posterior esta última, ya que accede por ejemplo a Aristóteles por Avicena, Alfarabi o Averroes). Y así en los otros semestres. Es decir, el alumno puede tener una visión planetaria de la filosofía de la humanidad en estos tiempos de globalización, y no sólo del mundo Mediterráneo o de la Europa latino-germánica.

En segundo lugar, el gran defecto de que una escuela filosófica practique sólo un “estilo” filosófico, no es sólo una limitación del claustro de profesores, sino, y es lo peor, no ofrece a los estudiantes la posibilidad de seguir su propia vocación filosófica. ¿Para qué le sirve a un estudiante, que quiere especializarse en “filosofía estética”, seguir largos cursos especializados de lógica, filosofía del lenguaje, filosofía de la ciencia, filosofía de la argumentación, etcétera (de las que debe tener ciertamente los instrumentos mínimos necesarios para una formación general, pero cuando no piensa especializarse en lógica y epistemología, por ejemplo)? ¿Cómo evitar intentar enseñar a todos los alumnos todas las especialidades (lo que es imposible), o pretender instruir en una sola especialización a todos (lo que desalienta a los que no les interesa esa especialidad)? La UACM intenta solucionar esa aparente aporía.

En efecto, se dictan cursos de estudios generales y se exige al alumno que cumpla con un currículo mínimo necesario para poder obtener la licenciatura o bachillerato en filosofía, pero la mayor parte de la formación se hace por especialidades, que son de libre elección por parte del alumno en cuatro niveles: los que prefieren 1) historia de la filosofía, 2) lógica y epistemología, 3) filosofías prácticas (de la economía, de la política, de la teoría crítica, etcétera), o 4) los tratados clásicos filosóficos (ontología, antropología filosófica, etcétera). De esta manera el alumno tiene una formación general filosófica, pero al mismo tiempo comienza una especialización en un ámbito filosófico que ha podido elegir según su vocación, y que le abrirá el camino a la maestría y doctorado en los mismos niveles, llegando a una adecuada formación.

Además, la filosofía mexicana y latinoamericana ocupa un lugar especial desde el origen de la formación del estudiante, para permitirle poder saber “situarse” en su propia realidad histórica, y conocer los problemas y los filósofos de su propia cultura (evitando nuevamente un “eurocentrismo” de nocivos efectos alienantes).

Este programa es el primero en su género en América Latina (y uno de los primeros en el mundo), evitando también lo que acontece frecuentemente en el así llamado “Oriente” (vengo de dictar una cátedra de filosofía en la Universidad Nacional de Corea, en Seúl) de simplemente yuxtaponer la filosofía moderna europeo-estadunidense con la filosofía tradicional oriental, sin articularlas adecuadamente.

El programa de filosofía de la UACM es, en este caso, pionero con respecto a las grandes universidades de México, Brasil o Argentina, y a la de la mayoría de Europa y Estados Unidos. Una experiencia a ser valorada por su innovación, y por lo tanto merece ser apoyada y reconocida.

1 Filósofo

2 Véase de E. Dussel y otros, El pensamiento filosófico latinoamericano (1300-2000), Siglo XXI, 2da. Ed. 2011.

________________

http://www.jornada.unam.mx/archivo_opinion/autor/front/78/24563/y/un-programa-ejemplar-de-filosofa

http://www.enriquedussel.org/

Para reflexionar... eso nos puede pasar a cualquiera.

¿DE VERDAD ESTAMOS TAN SOLOS?


Escrito minutos después del asalto

Son las 4:43 de la mañana del día 11 de agosto de 2011.

Hace aproximadamente dos horas un grupo de hombres armados irrumpieron en mi casa ubicada en Conkal 266 (esq. Becal), Col. Torres de Padierna, 14200, México, D. F.

Comenzamos a escuchar golpes violentos como contra una puerta metálica y me extrañó porque se escuchaba demasiado cerca y no hay ninguna puerta así en la casa.

Prendí la luz.

Los golpes arreciaban ahora como contra nuestras puertas de madera.

Quité la tranca que protege la puerta de nuestra recámara y me asomé al pasillo: hacia el comedor veía luces (¿verdosas? ¿azulosas? ¿intermitentes?) acompañando los golpes violentos contra el cristal que da al sur.

Mi mujer me gritó que me metiera.

Así lo hice apresuradamente y alcancé a poner la tranca de nuevo.

Oí cristales rompiéndose y pasos violentos hacia nuestra recámara: rápidos y fuertes.

“¡Abran la puerta!” era el grito que se repetía antes de que empezaran a golpear con violencia mayor nuestra puerta con tranca.

Nos encerramos en el baño y busqué a tientas un silbato que cuelga de un muro sin repellar: comencé a soplarlo con desesperación, unas diez veces, quizá.

Mi mujer está llamando a la policía.

Les dice que están entrando a la casa, que vengan pronto por favor, que nos auxilien.

Yo sigo soplando el silbato con desesperación.

En la oscuridad, mi mujer se ubicó tras de mí mientras oíamos que la tranca de la puerta se quebraba y los hombres entraban.

¿Tres, cuatro, cinco?

Quise cerrar la puerta del baño pero ya no alcancé a hacerlo.

Empujé unas cajas hacia dicha puerta y en algo estorbó los empujones.

“¡Abran la puerta! ¡Abran la puerta, hijos de la chingada…!” gritaban mientras empujaban y metían sus rifles negros hacia el interior.

Quise detener la puerta con mis manos pero no tenía sentido: vencieron mi mínima resistencia y entraron.

Policías vestidos de negro, con pasamontañas y lo que supongo que serían “rifles de alto poder”.

“¡Al suelo! ¡Al suelo! ¡Al suelo, hijos de la chingada! ¡Al suelo y no se muevan!”

Uno de los hombres me da un manazo en la cabeza y me tira los lentes.

Alcanzo a pescarlos antes de que toquen el suelo.

Me quita el silbato.

−¡No golpee a mi esposo! –grita mi mujer.

−¡El teléfono! ¡Déme el teléfono! –le responde y pregunta si no tenemos otro teléfono o un celular.

Ella y yo nos arrodillamos primero y después nos medio sentamos en el suelo de cemento de este baño sin terminar.

Policías jorobados y nocturnos, como en el romance de García Lorca.

Quién lo diría: aquí, en nuestra amada casa donde cultivamos y enseñamos la armonía.

Aquí…

Justo aquí estos hombres de negro, con pasamontañas, con guantes, con rifles de asalto, con chalecos o chamaras que tienen inscritas las siglas blancas PFP, nos apuntan con sus armas a la cabeza.

Uno de ellos, siempre amenazante, nos interroga.

Dos más permanecen en la puerta.

− ¡Las armas! ¡Dónde están las armas!

− Aquí no hay armas, señor, somos gente de trabajo.

− ¡A qué se dedica!”

−Soy psicoterapeuta y escribo libros.

−¿Desde cuándo vive aquí?

− Desde hace treinta años…

−Cómo se llama.

−Efraín Bartolomé.

−Cuántos años tiene.

−60.

−A qué se dedica.

−Ya se lo dije, señor, soy psicólogo y escribo libros.

−Usted cómo se llama… –se dirige a mi mujer.

−Guadalupe Belmontes de Bartolomé.

−A qué se dedica.

−Soy arqueóloga y ama de casa.

−Cuántos años tiene.

−54.

−Tranquilos. Respiren profundo… Voy a verificar los datos.

El hombre sale.

Oigo ruidos en toda la casa.

Están vaciando cajones, abriendo puertas, pisando fuerte sobre la duela de madera.

Oigo ruidos afuera, en el cuarto de huéspedes, en la torre, en el estudio de abajo.

Nos cambiamos de posición.

Mi mujer pone algo sobre el frío piso de cemento.

Cinco o siete minutos después regresa el hombre y repite su interrogatorio.

Si recibimos gente en la casa, con qué frecuencia, cada cuánto salimos de viaje, quién cuida entonces.

Respondemos a todo brevemente.

Dice nuevamente que va a verificar los datos y que volverá a decirnos porqué están aquí.

El tiempo pasa.

Oímos que abren nuestro carro en el garage.

Voces ininteligibles en el patio del norte.

Más tiempo.

Varios minutos después se oyen motores que se prenden y carros que arrancan.

Mi mujer y yo seguimos en la oscuridad.

Comenzamos a movernos.

Sólo silencio.

Nos incorporamos con cierto temor.

Salimos del baño hacia la recámara iluminada.

Desorden.

Cajones abiertos.

Cosas volcadas en el buró.

La chapa de la puerta en el suelo.

Restos de la tranca destrozada.

La puerta de tambor machacada y rota, pandeada en su parte media.

Salimos al pasillo: un cuadro en el suelo y abiertas las puertas de lo que fueron las recámaras de mis hijos.

Desorden en el interior: maletas y cajas abiertas, cajones vaciados.

Vamos hacia el comedor: uno de los vidrios roto en su ángulo inferior izquierdo, muchos cristales en el piso.

La puerta de la sala está rota de la misma forma en que rompieron la de nuestra recámara: la chapa en el suelo y fragmentos de duela en el piso.

Está abierta la puerta de la torre y prendidas las luces del cuarto de huéspedes.

Salimos por la puerta de la sala y nos asomamos con cierto temor.

Nada.

Mi mujer llama por segunda vez a la policía.

Es en vano: piden los datos una vez más.

Dicen que ya enviaron una unidad.

Llego a la barda y me asomo: no hay carros.

El portón del garage está intacto.

Bajamos las escaleras hasta la puerta de acceso: rota igual que las de adentro.

El estudio de abajo está con las luces prendidas.

De por sí desordenado, ahora lo está más.

Vamos hacia la torre y entramos al cuarto de huéspedes: cajones volcados, revistas en el suelo, cosas sobre la mesa, puertas del clóset colgando, zafadas de su riel inferior.

Subo al tercer piso: una esculturita de alambre volcada pero no se nota demasiado desorden.

Subo a los pisos superiores: no hay daño en la salita de arte.

En el último piso dejaron abierta la puerta a la terraza.

Volvemos al interior: queremos tomar fotos pero no está la cámara de mi mujer que estaba sobre el buró.

“¡Tampoco está la memoria de mi computadora!”, grita.

También se la llevaron

Quiero ver la hora y voy al buró por mi reloj: ha desaparecido mi querido Omega Speedmaster Professional que me acompañó por casi cuarenta años.

Tiene mi nombre grabado en la parte posterior: Efraín Bartolomé.

Oímos que un auto se estaciona y nos asomamos.

Mi mujer llama una vez más a la policía: lo mismo.

Ya tienen los datos pero nunca enviaron apoyo.

Indefensión.

Del auto blanco baja un joven y avanza hacia la esquina.

Se asoma y regresa.

Lo saludo y responde.

Le preguntamos qué pasa y responde que viene en atención a una llamada de su amiga que vive a la vuelta y a cuya casa también se metieron.

Mi mujer pregunta de qué familia se trata, cómo se apellida.

Magaña, responde el joven.

¡Es Paty!, dice mi mujer.

Salimos a la calle y voy hacia allá.

Encontramos a Patricia Magaña, bióloga, investigadora universitaria, acompañada de su papá, en la calle.

Entraron a ambas casas la de ella y la de sus padres, con la misma violencia que a la nuestra.

Patricia y su hija estaban solas.

Sus padres octogenarios también estaban solos.

Volvemos a nuestra casa vejada y con la puerta rota.

Atranco la destruida puerta de la calle.

Con todo, mantenemos una sorprendente calma.

“Pudieron habernos matado”, dice mi mujer.

Yo imagino por unos segundos nuestros cuerpos ensangrentados en el baño en desorden.

¿Sabe el presidente Calderón esto que pasa en las casas de la ciudad?

¿Lo sabe Marcelo Ebrard?

¿Lo sabe el procurador Mancera?

¿Ordenan Maricela Morales o Genaro García Luna estos operativos?

¿Sabrán quién fue el encargado de este acto en contra de inocentes?

Antenoche volvimos a casa levitando, en la felicidad más plena, tras la amorosa y conmovedora recepción del público ante nuestro libro presentado en Bellas Artes.

Un día después, en la atroz madrugada, la PFP irrumpe violentamente en nuestra casa, quiebra nuestras puertas, destruye los cristales, hurga sin respeto en nuestra más íntima propiedad, nos amenaza con armas poderosas a mi bella mujer y a mí, a la edad que tenemos…

Y pensar que también son humanos los que hacen esto contra su prójimo.

Subo al estudio a escribir esto.

Allá, abajo, la ciudad parece embellecida por la calma.

Arriba la impasible Luna de agosto, casi llena.

Son ya las 6:35 de la mañana.

La luz de oriente comienza a colorear y a inflamar el horizonte.

La policía nunca llegó.


¿De verdad estamos tan solos?

Efraín Bartolomé