miércoles, 27 de mayo de 2009

Política, elecciones y capitalismo

En esta ocasión me he tomado la libertad de exponer algunas razones por las cuales no se tiene mucha consideración a la democracia.
"Machetearte", carcaterizado por ser periódico independiente (ver página http://www.machetearte.com ) ha publicado veinte razones para no votar este 5 de Julio.
Lo considerable en esta ocasión es que en sus motivos están plenamente fundamentados en una relación directa e indirecta entre las decisiones políticas y el sistema económico que actualmente se nos rige: El capitalismo. (Cabe señalar que estamos frente a su más pura expresión capitalista en una nueva fase global: El Neoliberalismo)

Antes de ello valdría la pena preguntarse ¿Qué tanto afecta el modelo económico frente a las decisiones políticas? ¿Las decisiones políticas tendrán relación con la economía? ¿Será cierto que pudieran existir restricciones políticas a partir del captal? (Tomando en consideración que el capital por lo regular siempre será privado)

20 Razones Para No Votar

(Obtenido del periódico machetearte http://www.machetearte.com/)


• UN SISTEMA ELECTORAL DE DERECHA: Las elecciones no están basadas en la igualdad, sino en la ley del más fuerte y del que tiene más dinero. Es ideológicamente compatible con el capitalismo.
• TODOS LOS PARTIDOS FUNCIONAN IGUAL: No importa quién se aproveche de tu boleta electoral, el molde ya está hecho para que todos se corrompan cuando llegan al poder. Las elecciones son puras ilusiones.
• ESE PODER ES UN BOTÍN, NO UN SERVICIO: El sistema electoral está diseñado para enriquecer a la clase política, generando ambiciones y corrupciones sin límite. Votar es elegir a quién te va a robar.
• VOTAR ES CALLAR: Las elecciones significan un cheque en blanco que entrega nuestra voluntad a un puñado de bribones para que decidan el destino del país.
• VOTAS Y TE VAS: No hay participación ciudadana. La democracia termina en el momento en que depositas tu voto, nunca más te tomarán en cuenta.
• DIVISIÓN Y COMPETENCIA: Los partidos políticos confrontan a los mexicanos, impiden la unidad y la cooperación.
• EL VOTO SECRETO ES UN VOTO DE MIEDO: En una sociedad democrática nadie tiene por qué tener miedo de manifestar su opinión.
• INDIVIDUALISMO: El sistema electoral no está diseñado para que la gente dialogue y resuelva los problemas del país.
• PARÁSITOS PLURINOMINALES: Tu voto repartirá el botín a candidatos plurinominales por los que nadie votó, que no representan a nadie, y que son los más parásitos y sinvergüenzas de la política.
• INÚTIL A LA PATRIA : Este sistema político es el mismo que ha vendido el país, ha enriquecido a los grandes empresarios y ha dejado en la miseria a millones de mexicanos.
• VIDA DE PRIVILEGIOS: El sistema político está diseñado para ser una forma de vida con privilegios, lo de menos es el partido o qué puesto de gobierno sea.
• DEPENDENCIA: Este sistema perverso de partidos políticos es fomentado por los Estados Unidos en todo el mundo para controlar a los gobiernos.
• SIN REPRESENTATIVIDAD: Los ganadores de las elecciones no representan al pueblo sino a sí mismos y a los dueños del capital; no tienen la responsabilidad de rendir cuentas al pueblo.
• CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD: El sistema político legaliza la corrupción, propicia complicidades y protege a los gobernantes.
• INSTITUTO DE FRAUDE ELECTORAL (IFE): Grupo de sinvergüenzas que utilizan las elecciones como trampolín para seguir gozando los privilegios de la clase política; no representan a la ciudadanía sino a los intereses de los partidos, y no tienen credibilidad alguna.
• EL NEGOCIO DE LA PARTIDOCRACIA : Los partidos políticos son un negocio millonario para sus funcionarios y candidatos, y se nutren del presupuesto público, no de sus militantes.
• EL PODER EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN: Lejos de la ciudadanía, las decisiones las toman los dueños de la radio y la televisión para su beneficio, gozando de total impunidad, y se quedan con la mayor parte del presupuesto electoral.
• TU VOTO AVALA TODA ESTA PUDREDUMBRE: Participar con tu voto en las elecciones, incluso anulándolo, significa estar de acuerdo con esa forma pervertida de hacer política, aunque no te gusten los candidatos o partidos en turno.
• LAS ILUSIONES NO CABEN EN LAS URNAS: La democracia, la libertad y la justicia no caben en las urnas, y les quedan grandes a este sistema político.
• OBLIGADOS A CONSTRUIR OTRA COSA: La abstención consciente y organizada es liberación: nos llevará a pensar y construir otra forma de hacer política. Mejor quédate en casa a pensar cómo vamos a derrocar a este sistema y toda su clase política. El primer paso para dar media vuelta es detenerse: Detén tu voto y… piénsale a fondo.

lunes, 25 de mayo de 2009

¡¡¡México necesita monodixasa o prozac no tamiflu!!!


Para remitirme a pruebas contundendentes me sustento en esto... ¡Caray, cuanta razón tenía Carlos Salinas!

¿Cuáles son sus alcances reales?

¡Se Van o los Sacamos!

Por Enrique Cisneros Luján

¡Es increíble! Ellos mismos, los burgueses, en sus pleitos se acusan de corruptos, rateros, vende patrias… y el pueblo, dicen ellos: aguanta.

De la Madrid “sacó a balcón” a los Salinas, reafirmando lo que dijo en otras ocasiones gente de ellos, como Luis Téllez; inmediatamente Salinas mandó sus personeros a amenazar a De la Madrid , que en menos de 24 horas se desdijo, declarándose demente.

El pillo de Carlos Ahumada hace negocio con un libro donde da pelos y señales de la corrupción de un sinnúmero de políticos, empezando por las canalladas de Vicente Fox, Carlos Salinas y el hijo putativo de ambos, Diego Fernández de Ceballos. Éste contestó: “es cierto y lo volvería a hacer”.

Traen “azorrilado” al pueblo con la disque guerra contra el narcotráfico y publicitan que agarraron a uno y a otro capo. En un día, en Zacatecas se les escapan 53 y se están peleando los principales líderes de la izquierda “oficial” de ese estado, acusándose de ser parte del negocio.

El secretario de Hacienda dijo que lo de la crisis era un catarrito, luego que ya se estaba en recuperación, después que no, que para el 2010 empezará el despegue. Mientras tanto el desempleo aumenta de manera galopante, los precios de los artículos de primera necesidad se disparan, mucha gente entra en la desesperación.

Calderón manipuló el asunto de la influenza dejando que avanzara el contagio para no afectar la visita del presidente de los Estados Unidos a México. Después hizo irresponsables declaraciones alarmistas para tratar de meterle miedo al pueblo mexicano y lo único que logró fue provocar reacciones internacionales con las que convirtió a los nacionales en los apestados del mundo. Estados Unidos y Europa dijeron a sus ciudadanos que no viajaran a México frenando drásticamente el turismo y otros renglones de la economía mexicana, ante esto Calderón no dijo nada.

China mandó 5 millones de dólares de ayuda que recibió con bombos y platillos la esposa del presidente; horas después Calderón insultó a los chinos porque tomaron medidas menos drásticas que las que tomaron los gringos. Lo mismo hizo con Cuba para no cumplir una visita a la isla y darle gusto a los panistas del yunque. Fidel Castro replicó porque no está de acuerdo en que Calderón diga que los cubanos están contra los mexicanos… El resultado de todo esto es evidente: Calderón nos apestó

Calderón endeudó aún más al país con miles de millones de dólares. Con el pretexto de la influenza se los regaló a los grandes hoteleros, industriales de la porcicultura, en fin, nuevamente los que ganaron fueron los capitalistas neoliberales pues recibieron dinero que tendrá que pagar el pueblo.

En la SEP impusieron como secretario a un niño popis que nunca ha sido maestro y junto con Elba Esther Gordillo (y avalados por el Congreso), tienen todo listo para “legalizar” la destrucción de la educación pública y gratuita. Algo semejante está haciendo el Secretario del Trabajo con los derechos de los trabajadores, avanzando en aniquilar el artículo 123. En los hechos los grandes patrones ya lo hacen: para empezar, en algunos lugares la jornada de trabajo debe de ser de 10 horas.

Andrés Manuel López Obrador organiza y organiza… para que la gente vaya a votar. Pero ya no saben ni por quien, pues en su bronca interpartidaria, el Peje llamó a apoyar a los candidatos de Convergencia y el PT mientras los Chuchos censuraron un spot donde aparece López Obrador. Ni los mismos militantes de base del PRD entienden cabalmente lo qué sucede.

Los lopezobradoristas ni de chiste tienen “permiso” para realizar acciones que vayan más allá de votar. Esto recuerda la manera en que el cuauhtemismo mediatizó las gestas populares del 88 donde hubo más de 500 asesinados por el salinismo: todos integrantes de organizaciones sociales de base.

Mientras todo esto sucede, Ulises Ruiz reprimió a los pobladores de Ocotlan, Oaxaca, que se oponen a una minera canadiense que está depredando la zona. Se cumplieron dos años del secuestro de dos integrantes del EPR quien anunció que se reserva el derecho a realizar acciones armadas de respuesta. Peña Nieto ni ve ni oye las protestas nacionales e internacionales que exigen se castigue a los represores de Atenco. Nacho del Valle sigue en una cárcel de máxima seguridad purgando una absurda condena de más de 100 años, por el solo delito de defender su tierra.

Los medios de comunicación masiva, sobre todo TELEVISA y TV Azteca, se siguen llenando los bolsillos con el pago de la propaganda electoral y a cambio, todas sus baterías comunicacionales las enfilan hacia la final del futbol y a comentar sobre la entrada de Cuahutémoc Blanco, a la selección (televisiva) futbolera.

¿Y el pueblo? Ellos creen que el pueblo mexicano seguirá aguantando y en caso de que se rebele, le echarán al ejército.

Que no se extrañen si los trabajadores mexicanos no sólo no van a las urnas, sino que masivamente accionarán como lo hicieron los oaxaqueños en 2006 con la APPO , o como ya está sucediendo en algunas partes de la república donde se organizan para asaltar furgones de tren, llenos de comida. Los estudiantes y maestros se están juntando en sus escuelas para defender la educación pública con medidas “más contundentes”. Los campesinos afilan machetes; los mineros, electricistas y muchos trabajadores están discutiendo medidas para realizar paros y para ir preparando una huelga nacional.

Por todo el país se platica y coordina para que avance la consigna zapatista que grita: ¡Se van o los sacamos! Una explosión se siente en el ambiente. Que no te agarre desorganizado pues habrá que tener la capacidad de enfrentar a las fuerzas represivas del estado. No hay que olvidar que no hay ejército capaz de detener a un pueblo organizado, cuando ha llegado su tiempo de liberación.



Obtenido del periódico "Machetearte" http://www.machetearte.com

lunes, 18 de mayo de 2009

Continuando con el tema de Filosfía Latinoamericana

Este trabajo está resumido del articulo que publico Luis Villoro en la revista "Prometeo" de la Universidad de Guadalajara retomando algunos puntos importantes de Leopoldo Zea.

Resumen del texto de Luis Villoro “Sobre el problema de la filosofía latinoamericana” (Artículo obtenido de la Revista “Prometeo” Año 2, No. 7 Septiembre-Diciembre de 1986 Universidad de Guadalajara y la Universidad Nacional Autónoma de México Pp. 23-38) por Juan Carlos Bragado Castillo.
Estudiante de Filosofía e Historia de las Ideas
Universidad Autónoma de la Ciudad de México.
JohannKarl88@hotmail.com
JohannKarl88@yahoo.com.mx
JohannesKarl88@gmail.com


La reflexión filosófica en América Latina se ha puesto en cuestión continuamente a sí misma. En 1842. Juan Bautista Alberdi se planteaba ya el problema de la existencia de una filosofía latinoamericana y creía que ésta podría iniciarse al reflexionar sobre problemas propios del nuevo continente. ¿Cómo sería posible una auténtica filosofía latinoamericana?
Parte importante de la reflexión de Leopoldo Zea responde a ese tema. Zea plantea el problema de “la posibilidad o imposibilidad de una filosofía latinoamericana”. Unos años antes, Samuel Ramos había hablado del carácter imitativo de la cultura mexicana. Leopoldo Zea escribe que nuestra concepción del mundo consiste en una “mala copia” de la europea.


La falta de autenticidad de nuestra filosofía se caracteriza, desde el principio, en términos de ajenidad, de extrañeza.
Zea propone, en efecto, dos vías para lograr la autenticidad. Primera: Tratar temas universales, “vistos desde la circunstancia propia del hombre americano”. Segunda: Tratar temas propios, “problemas que sólo se dan en nuestra circunstancia”, la autenticidad se interpreta como aceptación de un punto de vista o una temática propios frente a los ajenos. Sin embargo, Zea es consciente de que la filosofía siempre ha tratado de problemas universales, aplicables a todo hombre. La tención a lo propio no es, pues, un fin último, sino un medio para alcanzar lo universal.


Desde el inicio de su reflexión, Zea plantea a la filosofía americana una doble exigencia: por un lado, si ha de ser filosofía, debe tener como fin un conocimiento válido para todos los hombres; por el otro, si ha de ser auténtica, debe atender a lo propio.
La contraposición entre la circunstancia (o la “situación”) concreta y la universal; la relación entre un hombre concreto y una pretendida “naturaleza humana”. En ambas formulaciones, Zea sostiene que sólo puede alcanzarse lo universal a través de lo singular y concreto. Con ésta circunstancia concreta debemos comprometernos. Una filosofía auténtica tendría, por lo tanto, que plantearse como tema de nuestra propia circunstancia. De la respuesta que demos habrá de sugerir de nuestra buscada filosofía. Por otra parte, sólo a partir del examen del hombre en situación, puede captarse lo que constituye a todo hombre en cuanto tal.
La vuelta a lo propio, la reflexión sobre nuestro “ser”, nuestra “realidad”, formaba parte, en efecto de un movimiento cultural más amplio que intentaba una recuperación y revalorización de las culturas nacionales.


Por desgracia, nunca se aclaró suficientemente cuál era esa relación entre la circunstancia que nos es “propia” y lo “universal”. La contraposición entre lo singular-concreto y lo universal no se resuelve. El logro de una filosofía auténtica no se hiciera depender del carácter peculiar o distintivo del su objeto, si no como una adaptación del pensamiento a sus necesidades y propósitos. Sugieren una interpretación del concepto de autenticidad que no consiste ya en la atención a lo propio frente a lo ajeno. Se busca la diversidad pero en función con un todo del que es parte. Ese todo es la cultura occidental, de la cual se sabe parte el hombre de América. La originabilidad consistiría, más bien, en la “capacidad para participar activamente en la creación o recreación de la cultura occidental. Filosofía auténtica sería la que toma conciencia de su realidad y adapta a ellas ideas que le son “supuestamente ajenas”. La adaptación crítica del pensamiento ajeno a nuestras reales situaciones y circunstancias, a nuestros efectivos problemas y necesidades; pero también a nuestro estilo o espíritu, a nuestra manera de ser.

La adaptación de la cultura a nuestras necesidades y problemas. De acuerdo con estas ideas, habría, pues, que precisar el concepto de filosofía auténtica y deslindarlo del de filosofía propia o peculiar. Agusto Salazar Bondy señaló una distinción entre tres conceptos, originalidad, autenticidad o genuinidad y peculiaridad. La primera se refiere “al aporte de ideas y planteamientos nuevos, en mayor o menor grado, con respecto a las realizaciones anteriores, como creaciones y no como repeticiones de contenidos doctrinarios”. La autenticidad o genuinidad se emplea en cambio, “para significar un producto filosófico…que se da precisamente como tal y no falseado, equivocado o desvirtuado”. La peculiaridad, por último se refiere a “la presencia de rasgos históricos que dan carácter distintivo a un producto espiritual”
Hay que distinguir las causas de las creencias, estas denominadas razones y motivos.
Llamaremos “razones” o “fundamentos” a las justificaciones aducidas para sostener la verdad o probabilidad de lo creído. Esas razones pretender ser objetivas, esto, válidas con independencia del sujeto que las aduce. El signo de la objetividad de las razones es que pueda valer para cualquier sujeto que esté en situación de comprenderlas, se podrá juzgar de su validez y estará en condiciones de aceptarlas o rechazarlas.


La actividad filosófica auténtica implica un cambio de actitud: el paso de la simple reiteración de opiniones recibidas a su examen y crítica personales. Cada quien debe ser capaz de poner en cuestión las razones en que pretenden fundarse las opiniones y doctrinas recibidas y atenerse, para juzgarlas, a sus propias razones, tal como a él se le presentan. Autenticidad es autonomía de la razón. Es inautentico, en cambio, un pensamiento que tiende a aceptar sin discusión personal suficiente las razones ajenas, a repetir filosofemas aprendidos sin haberlos puesto en cuestión. Tan inautentico es un pensamiento que reitera, sin ponerlas en cuestión, ideas heredadas de la propia cultura nacional, repetir un pensamiento que no está fundado en las propias razones. Inautenticidad es falta de crítica y de radicalismo en la reflexión. El pensamiento imitativo es inautentico, no por dejarse influir por ideas “extrañas a la realidad”, sino por aceptarlas sin una discusión y examen personales.

En consecuencia, la superación de la inautenticidad no consiste en reflexionar sobre lo propio, sino en lograr las condiciones que permitan el desarrollo de una actividad filosófica autónoma.
Entendemos por “motivos”, en un sentido muy general, cualquier causa psicológica que induce a una acción. Comprendemos en ellos desde los fines conscientes y los propósitos racionales, hasta los impulsos emotivos, inconscientes o no, que nos pude mover a pesar nuestro, intereses, deseos, preferencias, quereres, propósitos, etc. Toda filosofía responde a motivos, motivos del filósofo, los cuales pueden no ser sólo personales sino propios del grupo social al que pertenece. Estos intervienen para aducir o rechazar razones, conceder a un mayor peso aprobatorio que a otras, los motivos que influyen en su aceptación o rechazo son subjetivos. Los motivos que inducen a plantear determinados problemas filosóficos y a aducir cierto tipo de razones para solucionarlos no tienen que ser compartidos por cualquiera que examine esa filosofía. La singularidad de los motivos no afecta el carácter objetivo y universal de las proposiciones filosóficas se funda en razones y éstas sin objetivas. La singularidad de los motivos afecta, en cambio, la función que cumple una filosofía en relación con el sujeto que la sustenta.
Habría, pues, un segundo sentido de inautenticidad que ya no atañe a las razones, sino a los motivos del pensamiento. Al no responder el pensamiento a motivaciones personales, se advierte que la esfera de las creencias profesadas se encuentra disociada de las necesidades. El pensamiento se convierte entonces en un juego mental desligado de la vida.


Una filosofía es inauténtica cuando no está integrada a la personalidad de quien la sustenta, cuando es inconsciente con sus creencias inconscientes, sus deseos profundos, los problemas que realmente le preocupan, cuando, en suma, no responde a motivaciones personales del filósofo. Por ello una filosofía inauténtica produce un sentimiento de frustración, de artificialidad, de falsía.
Una filosofía adaptada a la realidad es aquélla en que las ideas son congruentes con las necesidades y fines de quienes las sustentan. La falta de congruencia entre vida y pensamiento puede proyectarse en la actividad individual a la colectiva. Las dos formas de inautenticidad que señalamos, como heteronomía de la razón y como incongruencia entre pensamiento y vida, suelen darse simultáneamente. Parece, al menos, que una filosofía puede carecer de autenticidad en el primer sentido y ser auténtica en el segundo. La falta de autonomía racional responde, en estos casos, a necesidades reales e un grupo, aunque no de la comunidad en su conjunto.
Parece, en cambio, imposible concebir en que se diera una filosofía auténtica en el primer sentido (autonomía de la razón) que no lo fuera también en el segundo (congruencia con la vida). La autonomía de la razón parece implicar un pensamiento congruente con motivos personales. La falta de autenticidad en el pensamiento tiene causas sociales, históricas. El mismo planteamiento de la pregunta por la inautenticidad de nuestra filosofía es ya un primer paso hacia la autenticidad, la que debería tener para llegar a ser una actividad plenamente racional y libre.
Entre las respuestas, estas dos perecen ser la más claras.


Primera: Nuestra filosofía deberá ser un instrumento de liberación
Segunda: Puesto que sólo es auténtica una filosofía auténtica, nuestra filosofía deberá acceder al rigor y al radicalismo que conducen a la filosofía racional.


Ha de ser entonces, una reflexión sobre nuestro status antropológico o, en todo caso, consciente de él, con vistas a su cancelación, un “autoanálisis” y una reflexión crítica de las formas de pensamiento enajenadas. La autenticidad es la base de su posibilidad. Auténtica no sólo ha de ser la filosofía que surge al establecimiento de una nueva sociedad, auténtica tendrá que serlo, también, la que haga consciente nuestro subdesarrollo y señale las posibilidades de su vencimiento y la forma de cómo vencerlo, esto es el encaminarse hacia una filosfía de la acción.
Toda labor filosófica tiene, sin duda, un aspecto instrumental y práctico. Como ideología, cumple con una función en un sistema de poder, como crítica del pensamiento ideológico, cumple una función disruptiva frente al sistema, pero esa función no puede reducirse a una incitación a la acción política no a una teoría de los procesos de cambio.


En filosofía ello implica acceso a un pleno profesionalismo, el desarrollo de una opinión pública especializada, mediante la lectura corriente de escritos filosóficos, el intercambio, la discusión de ideas y el cultivo de la seriedad, la información y la disciplina profesionales.
El punto de arranque de una tradición filosófica en está en la especificidad o peculiaridad de un pensamiento, sino en la fuerza y hondura de su reflexión crítica. De esta manera podríamos superar una filosofía imitativa y superficial. Al pedir profesionalismo en la actividad filosófica no quisiéramos tampoco reducir la filosofía a una simple técnica.
El profesionalismo de que hablamos se inicia en América Latina. Una filosofía auténtica, hemos visto, a la vez debe de perseguir una fundamentación racional rigurosa, debe ser congruente con las necesidades, los fines y los intereses del filósofo.


Filosofía rigurosa quiere decir simplemente filosofía que lleva hasta el final, con el ejercicio de la propia razón, el examen de los fundamentos de las opiniones y doctrinas recibidas. Filosofía rigurosa es reflexión que aspira a ser clara, precisa y radical. En ese sentido toda filosofía rigurosa es liberadora, poner en cuestión los sistemas de creencias recibidos y las convenciones aceptadas que tomamos como propias.

La función de la filosofía puede ser ideológica, pero también puede ser disolvente de las ideologías. Una filosofía que busca el rigor y el radicalismo en la justificación de sus enunciados parte de una actitud contraria a la ideología, la filosofía rigurosa tiene una función liberadora frente a las creencias injustificadas. Su fin es, en último término, el establecimiento de una comunidad racional y libre.

Para hacer esto hay que hacer una revolución radical, por que los grupos de poder resisten a la voz de la razón. Así, el proyecto de una filosofía que se guíe por un afán de precisión y rigor racionales no se opone al de una filosofía de la liberación, procura la emancipación del pensamiento respecto de un sistema de dominación. Las dos vías convergen en una.

Retomando la filosofía latinoamericana

Frente al problema actual que nos asecha a los estudiantes de filosofía resididos en América Latina, sobre si existe o no una filosofía propia...

Para resolver esta interrogante hubo varios pensadores que se dieron la tarea de resolver este problma ontológico, entre ellos Francisco Miró Quesada con su obra "Despertar y proyecto del filosofar latinoamericano"

Elaboré este resumen tratando de sintetizar las ideas de este filósofo peruano, espero y les sea de utilidad.

Resumen del texto de Francisco Miró Quesada “Despertar y proyecto del filosofar latinoamericano” (Historia de las Ideas en América, Fondo de Cultura Económica, México.) por Juan Carlos Bragado Castillo
Estudiante de Filosofía e Historia de las Ideas
Universidad Autónoma de la Ciudad de México.
JohannKarl88@hotmail.com

1) La Gran Ruptura.
La condición necesaria para comprender el proyecto latinoamericano de filosofar es percatarse de su curioso nacimiento. El filosofar latinoamericano empieza a ojos vistas. Nace delante de todos, desnudo y flaco, como un huérfano desvalido. Su origen es incierto, no sabe a quien acudir, ni siquiera tiene parientes pobres que lo recojan. La verdad es que nacemos solos. Nacemos por que nuestra América ha crecido, ha evolucionado. Y como un resultado de este crecimiento, empezamos a tomar conciencia de nosotros mismos. Filosofar sin una tradición es imposible. La filosofía es comprensión espiritual y la comprensión espiritual sólo puede hacerse, aunque trascienda la historia, desde una perspectiva histórica.
La situación del nacimiento del filosofar latinoamericano es pues sui generis. Es, en cierto sentido, una situación de negatividad, de carencia. La filosofía, propiamente hablando, no nace. Se transmite de generación a generación, se desplaza arrastrada por las corrientes profundas de un mar insoldable.
2) La Vivencia del Desenfoque.
La filosofía no puede comprenderse sin una tradición, sin haber vivido su historia, sin sentirla en cada párrafo, en cada línea, en cada palabra de lo textos estudiados. Los primeros profesores de filosofía que quisieron verdaderamente enseñar filosofía en nuestra América, es decir nuestros patriarcas, no comprendieron lo que enseñaban, pero no debe interpretarse mal en el sentido de nuestra afirmación. Se trata de expresar una situación cultural única en su especie. Los patriarcas no entendieron lo que enseñaban por que no podían entenderlo, y lo leyeron en esa forma por que no pudieron leerlo de otra manera, no conocían los sistemas filosóficos imprescindibles, así el prurito de novelería que caracterizaba el despertar intelectual de América Latina.
Se trata pues, de dar a conocer dos tipos de comprensión: La comprensión inmediata y formal y la comprensión total del sentido expresado.
El tipo de comprensión formal es fácilmente descriptible. Dado un lenguaje cualquiera, cualquier persona, aunque pertenezca a una cultura totalmente ajena a su raigambre significativa, puede comprenderlo, aplicando el conocido método de la traducción directa.
El segundo tipo de comprensión, la comprensión que trasciende la significación formal debe denominarse “comprensión de caladura. Podríamos emplear el término “entender” al acto de comprensión estructural y “comprender” al acto de comprensión de caladura. Los patriarcas entendieron la filosofía que profesaron, pero no la comprendieron.
Para el filósofo europeo que estudia a otro filósofo europeo, entender ha sido siempre comprender. La comprensión estructural ha sido uno de los elementos especiales de la comprensión de caladura, al estudiar una filosofía europea cualquiera, lo hace sumido en el ambiente mismo que permitió la formación de la filosofía que estudia. Los primeros latinoamericanos que se dieron a la actividad de filosofar, pudieron entender lo que leían. Pero no pudieron darse completamente cuenta de que no lo comprendían, no tuvieron una clara conciencia de lo que sucedía. Los fenómenos culturales, como los individuales, se viven primero y después se interpretan. El primero y más significativo de todos, es lo que podríamos llamar la “vivencia del desenfoque”.
Es la vivencia ingenua, no reflexiva, producida por la imposibilidad de calar en las verdaderas significaciones por falta de una tradición. Toda la actitud filosófica de los pioneros se reduce a una inmensa tensión hacia Europa, toda la enseñanza de la filosofía, tuvieron sus sustento en la actualidad europea.
La comprensión estructural ya no se basta en si misma. Empieza a vivirse con intensidad el estado de carencia radical de nuestro filosofar, se comienza a experimentar la situación esencial de nuestro filosofar, la dificultad que significa llegar a comprender verdaderamente una gran producción filosófica. Se empieza a comprender que se estaba viendo a la filosofía europea en doble imagen. Desenfocada, y surge la gran decisión de empezar a ajustar el objetivo para hacer que las dos imágenes coincidan y obtener al fin la nitidez. La vivencia del desenfoque, conduce necesariamente a otra vivencia: la “exigencia” de seriedad.
3) La Recuperación Anabásica.
El dramático esfuerzo para pasar de la comprensión estructural a la comprensión de caladura, constituye lo que hemos llamado “la recuperación anabásica”. Recuperación por que todo esfuerzo está dirigido a recuperar la tradición perdida, por que para lograr esta recuperación el latinoamericano se ve obligado a remontar a la corriente de la historia.
Para comprender a los filósofos europeos contemporáneos, se ha visto obligado a comprender a sus antecesores inmediatos. Y así hasta el origen. El pensador latinoamericano se ha visto prisionero en una cadena transitiva, sumido en una lucha para conquistar la irreversibilidad del tiempo. Esta situación anómala del latinoamericano es una situación histórica radicalmente diferente de la del europeo, y en general de los hombres pertenecientes a otros medios. El europeo, como todo hombre sumido en una cultura sin rupturas, se instala en la plenitud de la corriente histórica y la sigue con naturalidad y sin apuro.
El latinoamericano está en la dirección opuesta. Su pensamiento angustiado por la necesidad de comprender a su contemporáneo europeo, se ve obligado a asumir una dirección artificial. No es un pensamiento de arribo, sino de retroceso. La recuperación se hace así en dos etapas: la primera es la reconquista de la modernidad, la asimilación de las condiciones inmediatas de la comprensión de Occidente, la segunda es la recuperación de la antigüedad, de las condiciones mediatas y últimas de esta comprensión. La exigencia de recuperación, el anhelo de instalarse en una corriente histórica descendente llega a ser tan agudo en el latinoamericano, que empieza incluso a aplicarse a su propia realidad, para recuperar la propia tradición filosófica, los latinoamericanos empiezan a escribir obras sobre la historia de las ideas de sus propios países y presentan a las nuevas generaciones un panorama completamente insospechado.
4) Los dos momentos de la recuperación: instalación en la historia y tecnificación humanista.
Desde los patriarcas, hasta nuestros días, han transcurrido apenas tres generaciones. El primer brote de enseñanza filosófica sería, surge con los patriarcas. La vivencia del desenfoque se origina en los primeros discípulos, y son ellos mismos los que tratan de superar la mera comprensión estructural y llegar a una comprensión de caladura. La recuperación anabásica se inicia con ellos, y son, en consecuencia ellos, los que dan su sentido original al movimiento filosófico latinoamericano. El movimiento recuperativo tiene así tres momentos. Un momento inicial, representado por la generación de los patriarcas, que se caracteriza por ser un brote aislado y espontáneo de pensamiento filosófico, por una comprensión estructural de los textos y por una vaga noción de desenfoque. Un segundo momento, representado por la generación intermedia, en el que realmente empieza a desarrollarse un movimiento propiamente filosófico. La generación intermedia vive en su juventud con apasionada intensidad de la experiencia del desenfoque y comprende que la única manera de superarla es recuperar la tradición histórica de que carece. Inicia así la recuperación anabásica y gracias a su esfuerzo instala al pensamiento latinoamericano en la historia del pensamiento occidental. Pero a pesar de su esfuerzo extraordinario, no puede lograr una recuperación total. Tiene que aprender los idiomas en que se desenvuelve la gran tradición filosófica, asimilar que inmensa cantidad de teorías y doctrinas, ser capaz de orientarse dentro de una adecuada perspectiva histórica, ofrece a sus discípulos en panorama históricamente estructurado. Pero todavía quedan algunas tareas por cumplir. Una de ellas es la tradición humanista en el sentido más auténtico de la palabra. Y al lado del campo filosófico nos encontramos con el campo científico, especialmente el científico-natural, cuya relación con la temática filosófica. Para llegar a la comprensión máxima de los grandes temas de la filosofía clásica, es menester comprender las razones que llevaron a los grandes pensadores a plantear su problemática, y en muchos de ellos estas razones pueden comprenderse en la profundización de algún tema filosófico. La formación filosófica clásica exige por ello formación científica. Ya no se trata de un humanismo en el sentido de una amplia y bien cimentada cultura general. Retrata de un humanismo técnico, que para ser adquirido requiere de una vigorosa especialización, se trata de un verdadero proceso de tecnificación.
Las consideraciones anteriores tienen sólo una significación esquemática. La estratigrafía cultural no puede reducirse jamás a una estratigrafía geológica. La enorme complicación de los complejos sociológicos hace imposible deslindar con tal precisión los causes generacionales.

5) El Proyecto latinoamericano de filosofar como decisión de hacer filosofía auténtica.

Gracias al movimiento recuperativo, el latinoamericano va adquiriendo en forma progresiva una visión de la historia de la filosofía occidental que se hace cada día más amplia y profunda, logra penetrar en forma cada vez más honda en el pensamiento de la actualidad europea. De proyecto meramente recuperativo se va transformado en proyecto de participación. Insensiblemente se va formando en la mente del filósofo latinoamericano la convicción de que la recuperación no puede tener un sentido en sí misma sino que debe considerarse más bien como un estado preparatorio, como un primer y necesario paso para llegar a la creación de una auténtica filosofía. La decisión de recuperar la perspectiva histórica para lograr la comprensión cabal del pensamiento filosófico europeo, exige por un proceso interno de maduración orgánica, la constitución de un proyecto que supere y trascienda la mera comprensión. El movimiento recuperativo significa por eso la gestación de un proyecto de trasfondo que, en último término, es el que permite comprender su verdadero sentido, es necesario situarse nuevamente dentro de una perspectiva generacional. Cada generación permite comprender a las demás, y por eso mismo, sólo a través de todas ellas puede captarse el hilo profundo que unifica sus respectivos aportes.
Cuando los patriarcas empiezan a enseñar filosofía no imaginan siquiera que en América Latina pueda surgir un verdadero movimiento filosófico. La filosofía europea se les presenta como un hermoso aspecto de la cultura occidental que ellos deben asimilar y difundir, pero, como todo lo que viene de Europa es un producto de importación, un producto que la industria nacional no tiene siquiera la pretensión de imitar. Ante ella no nos queda sino admirarla y tratar de aprenderla. Enseñarla en las universidades será el máximo progreso, contribuirá al engrandecimiento de nuestra América, que ha vivido en el oscurantismo durante la Colonia y durante el primer sigo de su independencia. Así, los patriarcas con humildad y reverencia, empiezan a enseñar la filosofía europea contemporánea. Su ideal, difundirla, aumentar la riqueza espiritual de sus países y de su continente. Su afán, tratar de comprenderla en sus aspectos más comprensibles. Pero los primeros discípulos, que reciben estas enseñanzas, pertenecen a otra generación y representan un nuevo impulso y una nueva ambición.
Empiezan a comprender a la filosofía occidental desde adentro. Y al enfrascarse en el proceso, llegan a sentirse partes integrantes del proceso que conduce a la gran producción que tanto admiran. Llega un momento en que sin darse plenamente cuenta, empiezan a vivir su proyecto: filosofar auténticamente.
La generación intermedia es por eso la gran responsable. Con ella la filosofía latinoamericana despierta y se constituye en proyecto. Por eso la generación intermedia merece ser llamada la “generación forjadora”. El proyecto emerge a la claridad y se constituye en tarea generacional. Cuando los hombres de la generación intermedia empiezan a madurar, empieza también a pensar muy seriamente que América Latina tiene posibilidades filosóficas.
El interés y la hondura del proyecto residen en que no se trata de hacer una filosofía sino de hacer posible una filosofía, verdaderos discípulos de los patriarcas. Aceptan como ellos la primacía de la filosofía europea su asimilación es esencial por que ya no lo ven como un producto acabado sino como un hacerse, la esperanza de un futuro en el que se pueda realizar el mismo proceso creador que realizaron los europeos. El proyecto latinoamericano de filosofar surge así como un proyecto de preparación.
La generación forjadora crea el proyecto y concibe la filosofía latinoamericana como el resultado de un largo esfuerzo de maduración, como una meta que debe ser alcanzada en el futuro. La respuesta que tiene que dar la tercera generación, es, pues, inevitable. La generación de los patriarcas vivió en una atmósfera de ingenuidad. Se enamoró de la filosofía europea y decidió predicarla. La generación forjadora recoge el mensaje de los patriarcas, lo asimila, lo intensifica. Y al profundizar ambiciosamente en el rico universo que habían revelado ante sus ojos, adquiere conciencia de una situación completamente nueva. El pensador latinoamericano termina la época idílica para entrar en la época de la autoconciencia, de la tensión y del esfuerzo. Y todos sus afanes están dirigidos hacia la gran meta: el advenimiento del filosofar auténtico. La generación forjadora creó su propio destino. La generación joven ha recibido su destino y todo se ser está en juego, todo su ser depende de la manera como ella resisa al llamado.
El pensamiento latinoamericano adquirirá autenticidad cuando sea capaz de lograr una comprensión de caladura. Filosofar auténticamente es pues, en un primer sentido “comprender auténticamente”. Y comprender un texto significa darse cuenta de aquello que el autor dice en el texto, es interpretar y dilucidar el sentido del texto escrito. En una palabra para comprender un problema filosófico es necesario pensar filosóficamente. Mas si se trata de comprender un problema planteado por determinado filosofo, es necesario pensar filosóficamente de la misma manera como pensó dicho filosofo, porque sólo así podrá comprender los motivos que lo llevaron a la solución expresada.
Todo comprender en así un re-pensar y todo re-pensar es un pensar por sí mismo. El re-pensar autentico nos lleva así al pensar auténtico, es decir, la solución motivada de los problemas que hemos descubierto en el pensamiento re-pensado. Filosofar auténticamente significa en esta segunda etapa ser capaz de plantearse los grandes problemas filosóficos de la misma manera como han sido capaces de planearlos los europeos, y avanzar soluciones o ensayos de solución, de similar envergadura y alcance. La originalidad del filosofar latinoamericano se concibe como la culminación de un largo proceso asimilativo, como el resultado personal inevitable a que tiene que llegar quien ha comprendido hasta sus últimos fundamentos el pensamiento filosófico en su expresión histórica.

6) El complejo de inferioridad

El pensador latinoamericano de la segunda generación decide profundizar los conocimientos enseñados por los patriarcas para poder llegar a captar su último sentido. El primero y más fundamental de estos horizontes, es el horizonte histórico. Pero dado su falta de comprensión de caladura carece de perspectiva debido a una serie de limitaciones culturales inherentes al medio en el desenvuelve sus actividades. Estas limitaciones, son, en su verdadero sentido, una inferioridad de condición. El latinoamericano queda excluido de ciertos aspectos del conocimiento filosófico por tener cierta insuficiencia de formación intelectual. El sentimiento de inferioridad frente al pensamiento europeo es, pues, uno de los elementos fundamentales del proyecto. Su permanente influencia dinámica, desde su nacimiento hasta las actuales variantes que ha tomado con el advenimiento de la generación joven a la vida filosófica latinoamericana, matiza e ilumina todos sus momentos. En particular, los hombres de la segunda generación, al avanzar en el movimiento recuperativo, logra, aunque en forma imperfecta, empalmar en la gran corriente. Es la corriente dentro de la cual se fluye. Se fluye en sentido contrario, es cierto, se sigue dentro de la incomodidad y la desorientación, pero se forma parte de ella. Se reconoce en consecuencia que el pensamiento europeo es lo superior y que el pensamiento latinoamericano es lo inferior. La meta, clara y precisa, es superar la inferioridad para poder ser igual o superior. El hombre de la generación media, se propone ascender hasta el nivel europeo, y por eso solo hecho de proponérselo, está viviendo su propia inferioridad, representa un problema y exige una respuesta. Cuando la respuesta no se encuentra, se presentan los síntomas de desequilibrio de la personalidad que caracteriza a la neurosis, con la consecuente parálisis del dinamismo individual. Pero cuando se da la respuesta, el organismo logra asimilar la situación perturbadora del problema a su propia estructura, y la involucra dentro de su plan general de acción.
Los hombres de la generación intermedia, al crear el proyecto, provocan, también, el complejo. Pero no lo viven en la plenitud de sus modalidades. Su acierto al colocar la meta de superación en el futuro, los libra de la angustia inmediata de luchar contra fuerzas superiores. Su tarea queda firmemente establecida: prepara el terreno, formar a las nuevas generaciones para que ellas puedan completar el gran movimiento iniciado. La responsabilidad final recae, así, en la generación joven. Es ella la que tiene que decidir si el movimiento iniciado por la generación intermedia llegado o no a su término, si es ella la llamada a hacer filosofía auténtica. El pensador latinoamericano de la nueva generación está constantemente preocupado con la exigencia que se ha impuesto a sí mismo, en tanto ha asumido el proyecto de la generación anterior.
El joven filósofo latinoamericano en el afán de creador y en la conciencia de su inferioridad, vive, así, su dramática aventura.
El europeo, al revés del latinoamericano tiene un complejo de superioridad, cuya solución auténtica es la “comprensión” y la “tolerancia” frente a los defectos del inferior, y cuya solución inauténtica es el desprecio y la impaciencia. El latinoamericano comprende la superioridad del europeo, y en consecuencia declara su admiración y reconoce sus limitaciones. El europeo comprende la inferioridad del latinoamericano, y aprecia el enorme esfuerzo que realiza para superar estas limitaciones. Si el europeo aprecia nuestra manera de hacer filosofía, quiere ello decir que la estamos haciendo bien, puesto que el paradigma de la filosofía que, para nosotros constituye la autenticidad es precisamente lo que él hace, el complejo nace de la comparación y del anhelo de acortar las distancias.

7) Labilidad Ontológica.

El proyecto latinoamericano de filosofar presenta, como se desprende de lo dicho, dos condiciones contrapuestas de su posibilidad; la fe y la duda, hacer filosofía auténtica significa hacer filosofía a la europea. Y por el mero hecho de consistir su proyecto en “ser como” alguien, en llegar a ser como el otro, se sitúa en un plano como algo lejano e inalcanzable. La fe y la duda, son, fundamentales para el proyecto. El proyecto no puede comprenderse sin ellos. Por eso puede afirmarse que el ser del filósofo latinoamericano en un ser hábil, un ser que se fluctúa, entre la plenitud y la insuficiencia, entre la seguridad y la inseguridad, no ha llegado a construirse.
Cada pensador individual y cada generación ofrece su propio aporte, cada cual trata de llegar hasta donde permiten sus propias posibilidades. Pero esta misma vivencia del descubrimiento produce en el filósofo latinoamericano una inevitable desesperanza. Pero el sólo hecho de lograr la recuperación logrará también la posibilidad de crear, cuando este totalmente instalado en la historia, cuando para él, comprender los más difíciles aspectos del pensamiento occidental sea sólo cuestión histórica, su pensamiento habrá entrado en la etapa creadora.
Esta convergencia de la asimilación y de la creación, esta metamorfosis a la vez insensible e inevitable de epígono en creador, es la tablado salvación a la que se aferra el filósofo latinoamericano.
La generación de los patriarcas no sufre esta especie de desgarramiento ontológico. Pero los hombres de la generación intermedia, los forjadores del proyecto, asumen una actitud completamente diferente. Por que se irrogan la misión de transformar el paisaje formal y esquemático que dejaron los patriarcas en un verdadero panorama, en una visión global insertada en la historia del pensamiento europeo.
La generación joven, la vivencia de la labilidad se experimenta en forma punzante, rodeados desde su toma de conciencia generacional por toda clase de exigencias y de tensiones, vive plenamente su condición contradictoria, la labilidad de ser que se deriva del anhelo de llegar a la creación original y de la clara conciencia de no poder hacerlo. Los hombres de la nueva generación se encuentran de lleno con el proyecto en marcha. El hombre de la nueva generación vive por eso intensamente el desgarramiento esencial que caracteriza su ser de filósofo latinoamericano.
Tiene que decidir si debe considerarse como el término del proyecto o como un nuevo eslabón que significa un paso más hacia el término pero que requiere a su vez de nuevos eslabones para llegar a el.

LA BIFURCACIÓN (SEGUNDA PARTE)

II. LAS DOS RESPUESTAS DE LA TERCERA GENERACIÓN.

8) La respuesta afirmativa. Conquista de la autenticidad.

En el caso de la tercera generación filosófica latinoamericana se manifiesta en forma paradigmática esta característica relación entre la libertad y la necesidad de elegir entre determinadas posibilidades
Estas posibilidades son diversas, pero tiene en conjunto de rasgos comunes todas ellas existen en función de una meta común: la búsqueda de la filosofía auténtica; y todas ellas se caracterizan por la intensidad de la tensión generacional que producen. La tercera generación es una generación que ha elegido una respuesta positiva al problema que le planea su propia situación. En la elección de la solución positiva es donde la tercera generación se divide en dos grupos irreconciliables. Uno de ellos, la autenticidad puede realizarse, y en verdad está ya realizándose; en cambio para el otro, se sitúa en el futuro. Por eso la respuesta que da el primer grupo puede llamarse respuesta “afirmativa”, en ella se afirma la existencia filosófica en América Latina es ya una realidad. La respuesta que sitúa nuevamente la autenticidad en el futuro, puede denominarse, “asuntiva”.
La respuesta afirmativa determina la existencia de un grupo característico, totalmente nuevo en su género dentro del ámbito latinoamericano. La decisión de que ha llegado el momento de hacer filosofía auténtica y de pretender que se ha comenzado ya a hacerla, obliga al grupo a demostrar la verdad de su afirmación. Su actitud es, en consecuencia afirmativa y polémica, es un grupo productivo, por que, por el hecho de proclamar que ha llegado el momento de hacer filosofía auténtica se ha lanzado a hacerla, realiza un viraje en relación al concepto de autenticidad que constituye la meta constante del movimiento recuperativo, si la meta perseguida por el filósofo latinoamericano es filosofar de la misma manera que el europeo, sostener que se ha llegado a la autenticidad, es pretender que se puede crear filosóficamente con la misma altura con que se crea en Occidente. Pero sostener esto sería una ingenuidad, las actuales condiciones histórico-culturales de América Latina no permiten a un tipo de creación semejante, la autenticidad para este grupo no puede consistir en filosofar a la europea, sino que debe hallarse en un tipo de filosofar diferente.
Se aparte de la línea general del movimiento recuperativo y puede decirse que son ellos los que inician la bifurcación que caracteriza a la tercera generación.
9) La Respuesta Asuntiva: El perderse en la teoría.

El segundo grupo de la tercera generación, que es el más numeroso. Ha dado una respuesta completamente diferente, y, en relación a la forma y dirección de la curva del movimiento generacional, más de acuerdo con sus tendencias. Hemos llamado “asuntiva” a esta respuesta por que consiste en asumir los valores de la filosofía europea y seguir poniendo el sentido de la autenticidad en la creación de ideas originales en relación al tratamiento de los grandes problemas del pensamiento occidental. Al “asumir” los valores de la filosofía europea asumidos y proclamados por las generaciones anteriores, la tercera generación se sitúa de plano en la necesidad de realizar las condiciones necesarias para lograr la creatividad buscada, una respuesta diferida ante el problema de sus propias posibilidades: todavía no ha llegado el momento de crear filosofía auténtica.
El grupo de la tercera generación que adopta la actitud asuntiva, se libera de dos angustiosas preocupaciones: la necesidad de llegar por fin a la creación y la necesidad de reconocer que las circunstancias aún no lo permiten. Decide perderse en la teoría. Y en este perderse espera encontrarse a sí misma. Por que si en su gran impulso de asimilación teórica logra la total comprensión, la plena vigencia de los problemas y la verdadera comprensión de las soluciones, será entonces capaz de llegar a sus propias soluciones. Y existirá, como conclusión necesaria, una verdadera filosofía latinoamericana.
De las primeras manifestaciones de ambos tipos de solución surge una actitud incomprensiva y antagónica. Los del grupo impositivo consideran que los que persiguen la profundización de los grandes problemas y de las grandes teorías del pensamiento occidental, permanecen en la clásica actitud colonial, en que se reconoce que la verdad está en Europa y que le destino de América es llegar a la verdad copiando el modelo.
Los del grupo asuntito, la creación sólo puede ser teórica y especulativa. La aplicación o la relación con la realidad puede ser consecuencia, pero de ninguna manera contenido principal de la teoría. Los más radicales sostiene que es perder el tiempo dedicarse a hacer interpretaciones filosóficas de temas socio-históricos y regionales; los menos radicales aceptan que la investigación puede ser interesante y que es uno de los temas ilícitos del filosofar latinoamericano. Que los grandes temas deberán ser temas de la alta teoría especulativa, es decir los temas descubiertos y planteados por la filosofía occidental.
Los que asumen la actitud impositiva (afirmativa), se aglutinan en torno a un proyecto explícito, forman un grupo que desarrolla sus actividades según principios perfectamente definidos. Puesto que ellos persiguen la creación de una auténtica filosofía latinoamericana, y puesto que han decidido que esta creación puede ya ser realizada, debe empezar, antes que nada por decir en qué consiste. Tiene que estar de acuerdo sobre su principal finalidad y sobre las maneras de llevarla a cabo. En cambio, los que asumen la actitud asuntiva, los que deciden que lo único que realmente les interesa es la especulación filosófica teórica, tiene un solo interés, seguir las vías que impone el desarrollo natural de su propia investigación. Si decisión de hacer filosofía teórica, con los temas europeos, como vías de acceso a la filosofía auténtica, es su respuesta al problema generacional.
El filósofo del grupo asuntito “siente” un interés incontenible por la teoría especulativa, siente un rechazo decidido por las pretensiones del otro grupo. Pero en general se detiene poco a pensar directamente sobre lo que ha decidido hacer.
La primera impresión es que sólo el grupo impositivo es un verdadero grupo, mientras que el grupo asuntito en realidad sólo existe como posibilidad futura, como latencia, pero cuanto presenta intereses comunes, y sobre todo, en cuanto responde de la misma manera ante las mismas exigencias y los mismos estímulos.

III. MODELACIÓN DE LA ESCENCIA

10) La actitud “afirmativa” como producto de la filosofía mexicana.

El grupo de los que asumen la actitud “afirmativa” es el más compacto y unitario, pero al menos numeroso. El grupo afirmativo está constituido por una parte de la tercera generación mexicana. Ello se debe seguramente a que su actitud coincide con la actitud general de la nación mexicana, de afirmación de sus propias esencias. Solamente en México se observa la formación de un grupo coherente, que proclame que sólo la meditación sobre nuestra propia realidad puede producir la autenticidad filosófica.
La causa más importante de todas es, no cabe duda, el espíritu de la nación mexicana. Este espíritu se caracteriza por una afirmación de sí mismo. La rebeldía natural de la raza y las circunstancias históricas y geográficas, hicieron que en el pueblo mexicano, inclusive en el criollo mismo, existiese siempre latente un rechazo vigoroso de los moldes impuestos por la metrópoli. La preocupación por lo propio empieza con los patriarcas. Se intensifica con la segunda generación, y culmina en la generación joven. Pero para que la culminación sea posible, es necesaria además la intervención de otra causa: el historicismo español.
Los patriarcas mexicanos, al igual que los demás patriarcas, se consideran a sí mismos, antes que nada, maestros, es decir, formadores. Samuel Ramos, avanza un paso más lejos. Discípulo de Caso, se inicia en la vida filosófica profundamente preocupado con la realidad mexicana. México tiene derecho de dar su propia respuesta a sus propios problemas, sostiene que el mexicano debe romper el cerco en que lo coloca su complejo de inferioridad. Y este cerco sólo puede salvarse mediante una doble actividad: estudiar la realidad mexicana y asimilar lo europeo en su valor universal, además de su función recuperativa, Ramos hace ya un estudio filosófico sobre una realidad socio-histórica: la realidad mexicana. Con este trabajo, prepara y orienta a la tercera generación hacia su respuesta característica. Pero en ningún momento sostiene, de la manera de hacer filosofía auténtica en México. Sólo la tercera generación dará este tipo de respuesta e iniciará la bifurcación. Ramos sostiene que es necesario estudiar la conformación de la realidad mexicana para desentrañar lo que en ella hay de afirmación positiva.

11) El Puente del Historicismo.

A pesar de todas las influencias y de la uniformidad de la circunstancia mexicana, muchos filósofos importantes de la tercera generación han adoptado la solución asuntiva, y manifiestan un rechazo tan fuerte por la posición afirmativa como los filósofos de otros países.
El ideal recuperativo, que es el que impulsa todo el movimiento filosófico latinoamericano, y el que lleva a la necesidad de afirmarse como realidad filosófica, queda, he hecho, anulado. De él sólo queda el impulso hacia una filosofía propia.
Para hacer filosofía propia consciente, hay que partir del estudio de la propia circunstancia. Y para el mexicano su circunstancia es México. Hay que empezar pues por el análisis filosófico de la realidad mexicana. Este tipo de filosofar será mucho más auténtico que el que persiga el tratamiento de los grandes problemas tradicionales de la filosofía occidental, por que estará de acuerdo con nuestra propia realidad histórica.

12) La Recuperación Vernacular.

Circunstancia es la totalidad de los factores que determinan la situación histórica del ser humano en una época dada. Al sostener que la meta del movimiento filosófico mexicano debe ser el estudio de la circunstancia mexicana se quiere decir que esta meta es el hombre mexicano en tanto entidad histórica, es decir en tanto ser que se constituye en un tiempo y en una región dados. Toda actividad cultural es histórica y sólo puede ser comprendida a través de su historia. Por lo tanto, si se quiere hacer una nueva filosofía que, a diferencia de la hecha hasta ahora en Latinoamérica, verse sobre nuestra propia realidad, no se puede hacerla arbitrariamente, no puede nacer por generación espontánea. Para elaborar filosofía propia es pues imprescindible conocer nuestra propia filosofía en su historia.
A la primera dificultad el grupo afirmativo responde nuevamente con el historicismo. El hecho de que, “oficialmente” no tengamos una filosofía propia es totalmente relativo. Se deriva del hecho de que América Latina haya interpretado su propia realidad ha sido considerada como una realidad inferior. Y nuestra propia realidad ha sido considerada como una realidad inferior, superar nuestra condición de inferioridad y llegar a ser como el modelo.
La primera dificultad ha sido pues resuelta. No sólo tenemos una realidad filosófica histórica, sino que es una realidad viva, palpitante, con caracteres propios, que, en consecuencia puede ser interpretada en relación a nuestras actuales circunstancias. Para comprender verdaderamente las posibilidades de nuestra nueva filosofía, en tanto filosofía de nuestra propia realidad, es menester conocer la historia de las ideas que han tenido vigencia histórica en nuestro medio. Más para hacer esto debemos conocer esta historia en nuestro medio. Más para hacer esto debemos conocer esta historia, debemos poderla utilizar. El grupo afirmativo empieza a elaborar la historia del pensamiento mexicano. Para hacer posible la autenticidad filosófica iniciada es necesario conocer la historia del propio pensamiento filosófico, pero esta historia no existe, hay por lo tanto, que “recuperarla”. Así como la segunda generación, partiendo de la vivencia del desenfoque y creando el ideal de autenticidad, inicia el movimiento recuperativo por medio de una “recuperación” vernacular, para instalarse en la historia de su propio pensamiento. Más este movimiento de recuperación abarca no sólo el campo filosófico. Por eso el grupo afirmativo no se ha limitado a elaborar la historia de nuestro propio pensamiento sino que ha formado un movimiento destinado a crear una verdadera interpretación de la realidad mexicana a través de su historia y actualidad.

13) Hacia la conquista de nuestro propio ser.

La recuperación vernacular, realizada con gran energía y con profundo sentido histórico, arriba pronto a un resultado positivo. (Cabe señalar que la recuperación vernacular es iniciada por Leopoldo Zea) El positivismo entre nosotros fue un verdadero “movimiento”, una acción de conjunto, mediante el cual la clase dominante en la época influyó decisivamente sobre la totalidad de los fenómenos culturales. Esta situación injusta fue definitivamente superada en la revolución de 1910 en la cual la enorme clase dominada se rebela y rompe la estructura social impuesta por una minoría, justificada ideológicamente por el positivismo.
En nuestra América Latina, el sentido de la filosofía ha consistido en ser aplicada como un instrumento para la comprensión y la justificación de la realidad. Para que nuestra filosofía sea, por eso, verdaderamente auténtica, debe ser lo que, en verdad, siempre ha sido: debe ser una filosofía que responda a las exigencias de una situación histórica real.
El mexicano, al terminar con la explotación que caracterizó al régimen porfirista, buscó liberar al más numeroso grupo de la nación, al grupo indígena, de su secular condición de ser inferior. Y este impulso de afirmación del propio ser, encontró eco en aquellos que habían ya comprendido que la existencia de una nación sólo puede apoyarse sobre todos sus miembros integrantes. En este recibimiento de un nuevo y caudaloso integrante en la vida activa de la nación, el mexicano se encontró ante el problema más grande de su historia: enormes fuerzas liberadas interrumpían en todas direcciones en busca de su propia afirmación, poderosos dinamismos tectónicos conmovían al país y producían perfiles nuevos e insospechados.
El grupo afirmativo, de manera consciente, mucho más consciente que la de sus predecesores positivistas, puesto que su actitud se derivaba de la interpretación e la actitud de estos predecesores, elige su propio equipo ideológico. Este equipo es doble: está integrado por el historicismo y el existencialismo.

14) La Filosofía como responsabilidad.

La solución del grupo afirmativo al problema de la autenticidad, implica una actitud sui generis frente al sentido del filosofar latinoamericano. En la etapa anterior, el filósofo latinoamericano vivió, en este sentido, libre de responsabilidades. Vivió aislado, en la clásica torre de marfil. Se dedicó a elucubrar sobre teorías que no eran suyas, y pensar problemas que no expresaban las exigencias de su propia realidad. Tenía la sensación de que su responsabilidad consistía en prepararse técnicamente para llegar algún día el aporte personal dentro de la línea occidental. Lo natural en el hombre es el pertenecer a una circunstancia histórica y vivir dentro de ella. La circunstancia histórica, su circunstancia, plantea al hombre problemas muy determinados, no puede escapar de ellos. Es ser capaz de responsabilidad. Ser hombre es ser responsable, ser responsable concretamente, frente a hechos y a situaciones reales, no frente a ideas abstractas. Si se considera, ahora, la posición del filósofo mexicano, se ve de inmediato que se trata de un caso de responsabilidad intensificada. Por que las circunstancias históricas ante las cuales ha decidido responder, lo han llevado nada menos que a la exigencia sobre el ser de lo mexicano.
La realización de esta posibilidad, que será nada menos que la elección de su propio ser, sólo podrá hacerse mediante una toma de conciencia de la situación. La interpretación histórica de nuestra realidad latinoamericana nos conduce necesariamente a considerar al filósofo latinoamericano como un hombre eminentemente responsable, cuya responsabilidad consiste en enfrentarse a los grandes problemas de su tiempo y de su circunstancia y a dar una respuesta concreta sobre ellos, que sirva de base para orientar la vida de la comunidad.

IV. FASCINACIÓN DEL PROBLEMA.

El grupo asuntivo llega a su actual posición como resultado de los esfuerzos que hace por escapar a la angustiosa tensión creada por las dos exigencias contrapuestas de creación auténtica y de formación suficiente. El perderse en la teoría, para dejar de pensar en la creación inmediata, tiene que renunciar momentáneamente a la autenticidad. La tercera generación empieza así su primera maduración, asumiendo una actitud semejante a la de la generación intermedia: la de renunciamiento.
El renunciamiento de la generación intermedia es un renunciamiento definitivo. Renuncia a favor de otra generación. La generación joven vive, en cambio, un tipo muy distinto de renunciamiento. Es, casi podría decirse, un renunciamiento interino por que no sitúa la realización del proyecto en una generación futura y diferente de la propia. La tercera generación renuncia únicamente a la creación inmediata. Aplaza el término del proyecto, y al hacerlo en forma indefinida, deja siempre abierta la posibilidad de que sea ella misma la que, después de una adecuada maduración pueda realizarlo. La tercera generación consigue una situación más equilibrada y cómoda. Los del grupo asuntivo, pueden ser tachados de precipitados y de regionalistas por los miembros de la tercera generación que no pertenecen a él. Para liberarse de esta incomodidad que la hiere en lo más profundo de su ser, la tercera generación decide olvidarse de si misma y emborracharse de teoría.
La generación forjadora como verdadera creadora del proyecto se encuentra entre dos generaciones: una que, debido a las circunstancias, no puso pasar de cierto nivel formativo, y ante la cual había que ser comprensivo, y otra que, gracias a estar en condición de discípulo, podría realizar en el futuro lo que no era posible en el presente. La actitud de la tercera generación es mucho más radical. Sabe que la generación forjadora ha puesto en ella las exigencias que no pudo realizar. Sabe que si no e exige más que aquélla no significará, como generación, ningún avance. Para el pensador asuntivo, lo valioso son los tema de filosofía occidental aunque también tienen muchas inquietudes en lo que respecta a los problemas sociales.
Trabajar intensamente en filosofía, sumirse apasionadamente en los abismos de la teoría pura, incrementar incansablemente la asimilación de ideas y teorías y acercarse cada vez más a la creación auténtica he aquí la verdadera responsabilidad del filosofo latinoamericano según el grupo asuntivo.

viernes, 15 de mayo de 2009

Acerca de Política Económica.

Economía Moral
Crisis del capitalismo mundial/XVII

Bancarrota y dependencia del sistema de salud de México
Julio Boltvinik



Como consecuencia de la crisis de la influenza porcina, la población y los medios están descubriendo qué tan insuficientes, precarios e inequitativos son los servicios de salud en México y las graves consecuencias que de ahí se derivan. Imágenes de personas “hospitalizadas” sentadas en pasillos, narraciones de población no atendida o atendida con negligencia, se han vuelto frecuentes. (Un indicador de esta precariedad: la proporción de personas con baja agudeza visual que fueron tratadas exitosamente con lentes o pupilentes por entidad federativa, se presenta en la gráfica. Sólo se cubre, en el mejor de los casos, Distrito Federal, a poco más de la mitad de la población. En el peor, Oaxaca, a poco más de 20 por ciento, en algo tan elemental.) También ha salido a la luz la ominosa dependencia científico-tecnológica del país en asuntos tan esenciales para la salud como la identificación de virus y la producción de vacunas (véase el desplegado de la Academia Mexicana de Ciencias en La Jornada de ayer, que destaca esta dependencia y el raquítico presupuesto dedicado a la ciencia y la tecnología en el país: 0.33 por ciento del PIB).
A los dos problemas anteriores (precariedad/insuficiencia y dependencia) se suma el de la creciente medicalización y mercantilización del modelo de atención a la salud, que ha dejado prácticamente en el olvido (en los hechos, aunque no necesariamente en la retórica) lo que se solía llamar salud pública o servicios de atención masiva o servicios no personales de salud (concepto que comprende desde el agua potable y el drenaje, la vigilancia epidemiológica, la prevención de accidentes, el control y regulación de: contaminación, agua, alimentos y medicamentos; orientación nutricional, y educación para la salud, entre otras actividades). Ésta ya era una distorsión grave antes de la crisis de la deuda de los años 80:
El modelo medicalizado de atención a la salud vigente en la actualidad en los países desarrollados, donde la necesidad de algunos de los servicios no personales está totalmente satisfecha, ha sido trasplantada mecánicamente a los países pobres. La adopción en México del modelo medicalizado... que menosprecia las influencias ambientales y sicológicas en la salud y rechaza la importancia de las determinantes histórico-sociales en el proceso de salud-enfermedad, ha convertido al hospital en el centro estratégico de atención a la salud y ha impulsado una industria químico-farmacéutica de origen trasnacional... (J. Boltvinik, C. Santos-Burgoa, I. Almada Bay, R. Mendoza Toro y A.M. Chávez, Salud. Volumen 4 de la serie Necesidades esenciales en México, Coplamar-Siglo XXI editores, 1982, p. 133).
A este panorama vino a sumarse, a partir de 1983, el “grave desfinanciamiento de todas las instituciones públicas, incluyendo la seguridad social como resultado de la política neoliberal de ajuste y cambio estructural adoptado por México con la crisis de 1982” (Asa Cristina Laurell, La Jornada, 07/5/09) y el predominio aún más tajante de una visión individualista-mercantilista y anticolectivista.
La revisión de tres documentos sobre el sector salud de México, elaborados durante esta década, muestran que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) aborda el análisis y las recomendaciones del sector salud de nuestro país centrándose casi exclusivamente en los servicios personales de salud, evidenciando que incluso a nivel conceptual la medicalización se ha impuesto en este organismo (Estudios de la OCDE sobre los sistemas de salud. México. París, 2005). En cambio, los dos programas nacionales de salud (PNS) más recientes, el de 2001-2006 y el de 2007-2012, le otorgan una cierta presencia a los servicios no personales de salud o salud pública (el segundo de ellos los llama promoción de la salud y prevención de riesgos sanitarios y de ciertas enfermedades), pero ninguno plantea el objetivo de aumentar la seguridad sanitaria de la población y, al parecer, buena parte de lo señalado en ellos ha quedado como buenas intenciones no traducidas en hechos, y en la práctica el énfasis ha seguido en los servicios personales, como lo muestran los indicios recientes. Baste un ejemplo: entre las metas planteadas por el PNS 2007-2012 está la de “reducir 15 por ciento el número de muertes causadas por accidentes de tránsito de vehículos de motor en población de 15 a 29 años de edad”. Además de que el lector se preguntará por qué sólo se plantea tal reducción en ese grupo de edad, es evidente, casi dos años después de publicado el PNS, que no se ha hecho nada para hacer realidad tal meta.
Los que entre 1974 y 1976 participamos en la formulación del Plan Nacional Indicativo de Ciencia y Tecnología en el Conacyt aprendimos que la dependencia científico-tecnológica se venía a sumar a la dependencia económica y que la superación de ambas era una tarea conjunta. Por ello, el objetivo global de la política de ciencia y tecnología quedó expresado en dicho plan como “el desarrollo científico, la autonomía cultural y la autodeterminación tecnológica”. Y a continuación se añadía:
“Para lograr este objetivo, es menester que la política científica y tecnológica esté cabalmente integrada a la política general de desarrollo del país y que ésta tenga, a la vez, como uno de sus objetivos, el desarrollo de la ciencia y la tecnología nacionales” (pp.34-35). “La autodeterminación tecnológica no supone la autarquía en este campo, sino la libertad de decisión en la búsqueda, selección, negociación, utilización, asimilación, adaptación y generación de tecnología; esto es, el desarrollo de una capacidad para establecer relaciones tecnológicas sin dependencia” (p. 41).
Aunque la Ley de Ciencia y Tecnología hoy vigente establece que debe destinarse uno por ciento del PIB como gasto en la materia, prevalece la misma proporción (un tercio de la marcada en la ley) que el plan en la materia que venimos citando calculó como el prevaleciente en 1976. Ello es así porque la autodeterminación tecnológica no está en la agenda de quienes ejercen el poder político en México. Los grupos políticos que se han apoderado del país están asociados con una burguesía maquiladora, comercial y de servicios para la cual la autodeterminación tecnológica no es un valor, sino sólo una mercancía más que el país puede comprar como se compra la publicidad o la asesoría financiera o legal. Los científicos, los auténticos, caracterizados por su autonomía y capacidad crítica, traen más problemas que soluciones. Como lo dijo explícitamente Fox: son gobiernos de empresarios para empresarios (habría que añadir solamente que son empresarios pequeños en muchos sentidos).
jbolt@colmex.mx

Idea sobre este blog

Más allá del ocio que a uno le puede pasar, la idea de este blog es hacer presente la manifestacion de articulos, recomendaciones bibliográficas, hemerográficas, literarias, noticias, de análisis, de opinión y de todo aquello que tenga que estar relacionado con nuestra sociedad. ¿Qué tipo de conocimiento está orientado este blog? ¿Con que fin? El tipo de conocimiento puede ser cualquiera, así como los articulos publicados, recomendaciones pueden abarcar todos los campos. Pero esta reservado especialmente al área de Ciencias Sociales y Humanidades. Con esto tampoco quiero decir que los otros campos del conocimiento sean menos importantes, al contrario, tengo la firme convicción de que no hay mayor rival para el aprendizaje que la especialización. Si bien es cierto que ha demostrado su efectividad hacia la realización de una saber o de una tarea específica. A su vez limita a la posibilidad de ampliar su saber hacia otros horizontes. Además un conocimiento esta ligado con otro, y este con otro y con otro...Así pues este es el punto de partida ¡¡¡Bienvenidos!!!

"El ignorante afirma; el sabio duda y reflexiona."

Aristóteles