(Cuando el amor nos hace pendejos)
El amor nos hace pendejos, cuando en vez de ser una compañía en la que se tiene por fin el enriquecimiento mutuo, de conocimiento, de experiencia, de , se convierte en instrumento de enajenación y relaciones de poder. Es aquel desequilibrio que trastorna nuestra personalidad a afecta de manera dramática nuestro ser y sentir. A final de cuentas es una simple ilusión… (Juan Carlos Bragado Castillo)
En su obra “Tratado Theologicus-Políticus” Baruch Spinoza apunta…
La verdadera felicidad, la beatitud, consiste sólo en el goce del bien y no en la satisfacción de que disfruta un hombre por que goza de él con exclusión de todos los restantes. Si alguno se juzga más feliz por que tiene privilegios de que están privados sus semejantes y porque se vio más favorecido de la fortuna, ignora la verdadera felicidad, la beatitud; y si la alegría que experimenta no es una alegría pueril, no será otra cosa que un sentimiento de envidia y malignidad.
¿Qué tanto es aplicable a las relaciones personales?
Interpretando lo que señala Spinoza, aquel que tiene una virtud, cualidad, que solo se basa en el goce, más no en la plena satisfacción, excluyéndolo radicalmente de sus semejantes, no se puede ser feliz.
Y si el sujeto, en cuestión, reconociendo de la virtud que tiene, conciente de que no solamente goza de ese bien, si no que anhela hacia la satisfacción con sus semejantes ¿Cómo lo podríamos llamar a esa persona?
Y peor aún, si esa persona, ya sea por impedimento de razón, de entendimiento no puede aspirar de esa satisfacción de bien ¿Es estúpido o no lo ve como un bien?
En estos cuestionamientos, me ha llamado la atención empezar así con este título. ¡¡¡El horror!!!
No hay mayor desgracia y dolor que la no correspondencia, Marx lo expresa de mejor manera.
"Supongamos -dice-, al hombre como hombre, y su relación con el mundo en su aspecto humano, y podremos intercambiar amor sólo por amor, confianza por confianza, etc. Si se quiere disfrutar del arte, se debe poseer una formación artística; si se desea tener influencia sobre otra gente, se debe ser capaz de ejercer una influencia estimulante y alentadora sobre la gente. Cada una de nuestras relaciones con el hombre y con la naturaleza debe ser una expresión definida de nuestra vida real, individual, correspondiente al objeto de nuestra voluntad. Si amamos sin producir amor, es decir, si nuestro amor como tal no produce amor, si por medio de una expresión de vida como personas que amamos, no nos convertimos en personas amadas, entonces nuestro amor es impotente, es una desgracia" ("Nationalókonomie und Philosophie", 1844, publicada en Karl Marx. Die Frühschrifien, Stuttgart. Alfred Króner Verlag, 1953, págs. 300. 301).
Debo de reconocer que viví un infierno, disfrazado del mejor de todos los paraísos, que creí vivir en un mar de experiencias y enriquecimiento mutuos, pero ahora lo veo como el más grande de todos los oprobios, cuyas bastardas pasiones suyas cobraron factura en los diferentes rubros de mi vida.
A veces lo comprendo, alguien tan noble de corazón ante un medio diferente a ella, es decir, ella era muy anacrónica, novata hacia las cuestiones interesantes de la vida, solo buscaba compañía y consuelo, ahora lo pagara con intereses altos, pero mientras tanto ¡¡¡Que vivan los novios!!! Aunque sean pendejos, pero que vivan jajajajajajaja
Alguna vez una desahuciada me dijo que la selección de pareja esta en función de los defectos de la personalidad de la otra persona, pero ahora veo que así es.
Por eso me atrevo a decir que fue el horror… Adriana.
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