lunes, 12 de abril de 2010

La Despedida. (Nota póstuma)

En estos últimos días, han sido exageradamente tranquilos, ¿Sucederá algo? Normalmente descubría algo nuevo, un concepto, una persona o un hecho trascendente ¿Qué me pasa…? Me decía. Siento algo de mala fe en mi corazón, en estos días, ya no escuchaba esa voz que me conducía a confines nuevos, a razonamientos fantásticos, que me perdía locamente… ya no se escuchaba.
-¡¡Lo bien aprendido, nunca se olvida!!
Lo decía, pues esquivaba mis obstáculos en este camino nuevo que es mi historia, mi vida, yo y de lo que haga hoy, tendrá consecuencias en el futuro.
Cuando todo lo tenía perdido, escuché su voz, y me llené de profunda alegría, una alegría nunca antes experimentada, pero a la vez, me preocupé porque esa voz, si bien es cierto que era hermosa y divina. No se escuchaba contenta, que transmitiera dicha y plenitud… entonces me detuve, pues pensé que era algo malo…
-¿Qué tienes bonita?
-Hermoso… creo que has llegado al final de este camino.
Estallé de felicidad, pues creía fehacientemente que esta era la parte final de mi camino, que fin la vería, que seríamos felices, que estaríamos juntos…
-No sabes lo feliz que soy de escucharte, dime ¿en donde estas? No sabes cuánto tenía ganas de verte, tenerte en mis brazos, besarte, tocar tu cabello, ver tus ojos, sentirte tú…
-Sigue este mismo trayecto, ya lo verás, verás la luz del túnel…
Me dijo sin ánimos…
No le preste importancia y corrí como loco, pero sin darme cuenta que de mi camino a un costado mío había otro camino de muy lejos, y que el mío y ese se cruzaban, se hacían uno, pero a menos de un metro, se volvían a separar por rumbos diferentes, uno de ellos, era uno solo con piedras, hoyos, lodo, tierra, ramas… sin embargo, el otro, aunque uniforme, conducía a varias veredas, cada vereda custodiada por cada persona en particular: Una mujer enferma, un arlequín reaccionario, un empresario y en el último un joven enfurecido con una joven chica que no dejaba de tocarse el vientre… Todos le gritaban a alguien, todos y cada uno de ellos a su manera. En el cruce de esos caminos visualicé un cuerpo, un cuerpo maravilloso y único, entonces, su voz, su hermosa voz me dice:
-¿Ves? Aquí estoy al final del camino, no sabes cuánto quería verte. Juan Carlos, dejarás de escuchar mi voz, pues te reencontrarás conmigo…
Y lo cumplió conforme me acercaba, esa voz se desprendía de mi conciencia y de mi corazón, entonces descubrí que sí era ella… el amor de mi vida.
Fatigado y cansado, corrí con más ganas y al verla, por fin verla, por fin… me detuve tratando de controlar mi respiración y cuando la vi, se veía radiante, increíble, maravillosa, sublimé, entonces, recordé todo el pasado, los buenos y malos momentos, de mis errores y de mis aciertos, cuando me vio, me sonrío y tuve lo que más anhelaba… me besó.
La besé intensamente, una experiencia única que tanto extrañaba sentir, así permanecieron muchos minutos… al término le dije
-Tus besos, para mí no tienen precio.
Me abrazó y me perdí en su cuerpo.
-Te extrañe tanto… (Dije)
Ella seguía sin decirme nada, pero cuando la escuché su voz tan similar a aquella que me siguió, me dijo…
-Te amo tanto… pero tengo que decirte algo…
Sin sospechar lo que significaba aquella escena, pregunté ingenuamente.
-¿Qué paso amor?
-No te has dado cuenta aún Juan Carlos ¿verdad?
-No
-Ya no puedo ayudarte…
Yo confundido le contesté.
-Aunque no estés a mi lado, tu voz me ha ayudado, me has enseñado a ver la eternidad, a ser paciente y tolerante a lo largo de este camino que he emprendido y que hemos emprendido juntos, entonces, no entiendo a que te refieres con que “ya no puedo ayudarte”.
Ella con inmensa tristeza y al ver sus ojos, me explicó:
-Durante todo este tiempo, mientras recorrías tu camino, había otro paralelo al tuyo, más tu no lo veías, ese camino que tu veías, era mi camino, mi historia, ¿Recuerdas que si queríamos estar juntos tenías que esperarme, cierto?
-Cierto y en efecto, tu presencia siempre estuvo conmigo…
-Pues sí, pero ¿tú sabes el esfuerzo que implica hacer semejante aventura?
-No, tu ser siempre me acompañaba, más nunca me imaginé que el comunicarte conmigo implicara mucho trabajo.
Así es, tendía que esconderme, mentir, salirme de mi camino para estar contigo, pero ¿sabes qué? Ya estoy cansada, tú necesitas a alguien que valore tus esfuerzos, que te tenga tiempo, que no sea… como yo.
No daba cabida lo que escuchaba, pero prosiguió.
-Quiero que seas feliz, además quiero decirte una verdad, soy posesiva, controladora y temo decirte que no soy lo que tú piensas de mí, pues aunque no lo sepas desvié mi camino a propósito a manera de cruzar el tuyo, con la única finalidad de despedirme de ti, te amo y como te amo, quiero que seas feliz con alguien que esté ahí para ti… que esa sea tu ángel, pues yo no soy ese ángel. ¿Ya viste esta escena? ¿Escuchas estas voces? Te lo explicaré, nuestros caminos por esta distancia de un metro están unidos, pero hay dos grandes desviaciones, por lo tanto, están en forma de X ahora esas voces que vez en ese otro camino, en esa otra vereda, es el mío, la de la mujer enferma, el empresario, el arlequín reaccionario y la pareja de jóvenes. Todos ellos no dejan de pregonar mi nombre, pues ellos me necesitan, mucho más que tú, observa tu camino. Tienes mucho que explorar, mucho que investigar, mucho que indagar, yo tengo que atenderlos, pero sobre todo hacer y andar mi camino. Simplemente pienso en lo mejor para ti. Además, no pienso cambiar.
Enojado y frustrado reaccioné.
-Y tú ¿Qué sabes que es lo mejor para mí? ¿Desde cuándo piensas por mí? Yo te amo y te acepto, eres el amor de mi vida, no puedo creer que escuche eso de ti…!!!!
-Entiéndeme por favor.
-¡¡¡Tú no eres matamoscas de nadie!!! No tienes que sacrificarte así, tu situación no debe ser motivo de crucifixión… yo te amo, te amo y en verdad estoy dispuesto a esperar, para estar contigo… te amo, en verdad ¡¡¡te amo tanto!!!
-No es cierto, ¡¡¡no!!!! No me aceptas, no deseo, no puedo y es más no quiero cambiar, así me educaron, así es mi visión del mundo, así soy yo, y no pienso cambiar, discúlpame, pero no puedo hacerlo, eso atenta contra mis estructuras, cuando me dijiste que me amas en automático me aceptabas, creo que no es así…
-Pero… yo pensé que si cambiaría, tú también, pues si tú, eres tú, no eres tu familia, quiero hacer una nueva historia contigo, no volver a cometer el círculo vicioso, quiero vivir contigo, crecer y madurar contigo.
-Juan Carlos, entiende, no voy a cambiar y temo decirte que por ti, menos… la idea de vivir juntos constituyó en realidad un refugio… si realmente te has transformado, si eres otro, si este camino que tú has emprendido sinceramente han cambiado, y que no te refugies de nueva cuenta y sepas afrontarlo, entiéndelo.
-Por favor, te lo ruego, reconsidéralo…
-¡¡¡Entiéndelo!!!
Cada vez me empecé a enojar más y más y le dije estrictamente.
-Estas completamente mal si piensas que te entiendo, no te entiendo ni jamás lo haré, eso fue mi error desde el principio y eso lo que pasó a joderme a mí y a ti, la razón lástima
-Entonces, según tú, ¿Qué dedo decir?
-No quiero entenderte y que me entiendas, lo que quiero es que me comprendas…
Disgustada y fuera de sí, me dice.
-Ok, no me entiendes o lo que según dices tú…
Entonces, empecé a ver con toda crudeza, con una sobriedad sorprendente y a la vez con un desgarrador dolor eso que muchos evaden, no quieren ver, otros creen saberlo, eso tan desolador existencialmente que cada palabra que había salido de su boca, destrozó mis ilusiones, ilusiones sobre ella y el futuro que me había fincado: Ser padre, hacer una familia, tener un patrimonio juntos, que ella cambiaría y maduraría para sí… Destrozó mis fantasías, las hizo pedazos, eso… tan directo y mierda que es ¡¡¡LA REALIDAD!!! ¡¡¡Sí!!! Sus palabras, su franqueza, su verdad, pero sobre todo la imposibilidad de que jamás será ni de una ni de otra manera. Destruyó mis expectativas, el romper el círculo vicioso, hacer historia juntos…
Mi silencio, mi mutismo pareció eterno, pues nunca había afrontado tan verdad tan cruda, unidimensional, tan fútil, tan real.
Entonces, sufrí un dolor, un dolor tan profundo, pues en ese silencio fue lo que tardo para que esa verdad cayera al fondo del pozo.
Por lo tanto, mi corazón y mi conciencia se transformaron, una realidad tan directa me hizo una sacudida tan comparable como la “sacudida imprescindible” Sin darme cuenta, mis lágrimas rodaron incesantemente de mi rostro, pues todas mis esperanzas caídas, miles de sentimientos pasaron sobre mí, angustia, miedo, enojo, coraje, frustración… sufrí un estrés impresionante, esa voz, tan sublime que estuvo ahí, s fue desapareciendo, fue arrancándose de una manera tan brutal de mi conciencia y de mi corazón, entonces descubrí que ese ángel desapareció, que nunca existió y quedó reducida a su humanidad que estaba enfrente de mí, verdadero caos, ella es tan humana como yo y sin embargo la elevé a mis más altas esperanzas, a las alturas, nunca tocó el suelo… hasta ahora… ahora me tocó preguntar ante este frágil absoluto…
-¿Acaso sabes la diferencia entre entender y comprender?
Ante su silencio… continué.
-Entender es el afrontar aquel acontecimiento mediante la razón, lo entendemos cuando lo sujetamos bajo nuestras propias estructuras, es racional y por lo tanto es frio cuando se dirige a otras personas.
-Comprender es mucho más allá de la razón, pues comprende todo un marco complejo que tiene que ver con la cultura, es decir, creencias, costumbres, hábitos, pasado, motivos, es ver la historia del otro en vez de suponer la nuestra.
Cuando dije esto, en automático me escuché y comprendí el porqué se sus actos.
-¿Sabes? Creo que mucho más allá de los porqués, creo que no son razones, sino son motivos, reconozco que me amas tanto que es la primera vez que reconoces tu situación, tu historia, tu cultura, reconoces lo complejo y complicado de tu persona, diciéndome que me busque a alguien que me haga feliz y también reconoces la fragilidad del absoluto, que nada es para siempre. Has elegido y elegiste tu familia… Si yo razonara y entendiera como tú me pides, entonces yo te digo racionalmente, si me amas tanto, se dice que “el amor lo puede todo” entonces ¿Por qué te rindes?
-Porque ya estoy harta.
-Te lo dije alguna vez, no puedes hacer dos cosas a la vez.
-Quiero que seas feliz Juan Carlos, te amo y por eso…
Rompió en llanto y entonces, tomé una decisión.
-Si es así, entonces no puedo hacer nada, en verdad te doy las gracias por hacerme ver y descubrir este nuevo camino, gracias por hacerme cambiar, gracias por hacerme tan feliz en todo y en cada momento, gracias por hacerme soñar. Te comprendo y tus motivos son nobles ¿sabes? Me has hecho que en esta vida todo va más allá de la lógica, los sentimientos, eso que nos hace tan humanos que a veces estas percepciones afectan a nuestras razones, gracias por todo, tienes razón, este nuevo camino hay mucho que indagar, pensé que había llegado al fin, pero no es así. Y te amo, como te amo tanto, respetaré tu decisión…
Entonces vi lo distante que eran nuestros caminos y que este momento era el único tramo que se unía, pues como dije, los dos se dividían radicalmente hacia destinos diferentes.
Le seguí contestando.
-Esta vez, no quiero irme llorando, ni te guardo rencor… yo pensaba que esa voz, esa esperanza, ese ángel eras tú, pero ahora que lo veo, en realidad siempre fui yo, yo razoné haciéndose pasar por ti y siempre fue la imagen que supuse que eras cuando la realidad era otra…
Rompí en llanto y continué, sonriendo.
-Si es así, pues ya no puedo convencer a los convencidos, entonces, ya no tengo nada que decir, gracias por todo y adiós. Además tienes muchas veredas que cruzar, yo, seguiré, te amo, gracias y adiós.
Cuando emprendía el camino se sujetó de mis manos y me abrazó, exclamándome…
-No quiero que te vayas, eres tan importante, no quiero que se quede así, quiero que seamos amigos, no quiero perder contacto, quiero estar en tus logros y fracasos, quiero que cuando me sienta mal, estés ahí, déjame compartir tu camino, no agarrados de la mano, pero si juntos.
Yo me detuve, la vi y está fue mi decisión.
-Es cierto que me amas ¿verdad?
-Sí
-Muy bien, si realmente me amas y fui algo en tu vida, entonces, quiero “que me entiendas” me dirías tú, la verdad quiero que comprendas que anhelo emprender esta nueva aventura solo, con esto no pretendo decir que no seas importante, todo lo contrario, reconozco que fuiste y eres muy importante para mí, pues jamás encontraré a alguien como tú, si realmente me amas o me amaste, quiero que me dejes en paz, quiero seguir solo, francamente aún no estoy capacitado para afrontar este acontecimiento y tenerte como “amiga”
-¡¡¡Pero sabes que cuentas conmigo!!!
-No soportaría la idea de que sea un simple amigo, así terminé en tu vida, mientras otro te tenga, cosa que hice yo, que tenga tus abrazos, tus besos, cosa que tuve yo, eso… no lo soportaría.
-Jamás te lo diría.
-Al parecer no me comprendes, si te tengo como amiga sería perjudicial para mí, francamente reconozco que no tengo la facultad, de afrontar de tolerar que estés con otro. Además no quiero ser como ese que fue tu novio y quedaron amigos… el al menos te hizo algo que disfruto… que quisiste que te hiciera, por darle gusto, curiosidad… cosa que ni pude hacer yo… la verdad me obsesioné con esa idea, como es que ese que tienes como amigo si pudo hacerte eso mientas yo no…
-Además sabes muy bien en el proceso en el que me encuentro, aun no dispongo de las herramientas ni habilidades, si te tengo como amiga mi ansiedad y estrés se dispararía hacia límites inimaginables, creo que es mejor que te tenga en mi memoria, por voz primera libre de culpas, tener tu recuerdo y tu existencia en mi sin estar en constante conflicto, sino como algo benéfico para mí, pues fuiste el parte aguas de que emprenda esta aventura… Te amo y gracias, gracias por todo… A Dios.
Dicho esto, rompí en llanto y seguí mi camino, conforme caminaba le recite un último poema…
Mi corazón, un día, tuvo un ansia suprema,que aún hoy lo embriaga cual lo embriagara ayer;Quería aprisionar un alma en un poema,y que viviera siempre... Pero no pudo ser.
Mi corazón, un día, silenció su latido,y en plena lozanía se sintió envejecer;Quiso amar un recuerdo más fuerte que el olvidoy morir recordando... Pero no pudo ser.
Mi corazón, un día, soñó un sueño sonoro,en un fugaz anhelo de gloria y de poder;Subió la escalinata de un palacio de oroy quiso abrir las puertas... Pero no pudo ser.
Mi corazón, un día, se convirtió en hoguera,por vivir plenamente la fiebre del placer;Ansiaba el goce nuevo de una emoción cualquiera,un goce para el solo... Pero no pudo ser.
Y hoy llegas tú a mi vida, con tu sonrisa clara,con tu sonrisa clara, que es un amanecer;y ante el sueño más dulce que nunca antes soñara,quiero vivir mi sueño... Pero no puede ser.
Y he de decirte adiós para siempre, querida,sabiendo que te alejas para nunca volver,Quisiera retenerte para toda la vida...Pero no puede ser! Pero no puede ser!

Te digo adiós si acaso te quiero todavíaQuizás no he de olvidarte... Pero te digo adiósNo sé si me quisiste... No sé si te queríaO tal vez nos quisimos demasiado los dos.
Este cariño triste y apasionado y locoMe lo sembré en el alma para quererte a ti.No sé si te amé mucho... No sé si te amé poco,Pero si sé que nunca volveré a amar así.
Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdoY el corazón me dice que no te olvidaré.Pero al quedarme solo... Sabiendo que te pierdo,Tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.
Te digo adiós y acaso con esta despedidaMi más hermoso sueño muere dentro de mí.Pero te digo adiós para toda la vida,Aunque toda la vida siga pensando en ti.
Y observé como nuestros caminos se distanciaban no quise voltear hacia atrás para verla, pero me imaginé su silueta, su figura, el irse desapareciendo, el quedarse pasara, con su vida, sus recuerdos, su camino, su historia, reconozco que la amo y me hizo ver la vida de otra manera, pero al parecer, quedó en el camino, entonces, me di cuenta que estaba yo, solamente yo, yo y mi existencia, tenía pues que reconocerme y haberla reconocido tan como ella es, tenía que ser todo mío, no como narcisismo ni egoísmo, sino aceptándome plenamente, creo que todo terminó de la mejor manera
-A cada quien lo que le corresponde… me dije.
Me quedo claro lo siguiente:
-Esa luz y ese día, en realidad no fue por ella, sino fue el medio para mi fin, ¿mi fin? Era ella, entonces soy el único, dueño de que puedo hacer que viva en tinieblas o si tengo el optimismo, la fuerza o la alegría, así como la esperanza ser luz, mi propia luz que ilumine mi camino, camino que iré descubriendo.
Vi el atardecer y los recuerdos que tuve, en un segundo recordé todas esas imágenes y acepté algo.
-Antes pensaba que si no se transformaban positivamente, mi amor no significó nada. Ahora el que debe transformase positivamente ¡¡¡soy yo!!!
-Lo más humano, es llorar y mañana seré feliz, pues será otro día.
Ver el anochecer, solo me quedó por decir
-Estamos en paz
FIN.

No hay comentarios:

Publicar un comentario